CASO PALAU: 10 años después. EL DOCUMENTAL «Palau de la Música Catalana (Resurrecció)»

[1] El Palau ‘celebra’ los 10 años del expolio con un documental

‘Palau de la Música. Resurrecció’, 55 minutos de entrevistas a testigos que vivieron de cerca el caso

Por Blanca Cia

El País

Concierto de la Orquesta Sinfónica en el Palau de la Música.

 

El próximo 23 de julio se cumplen 10 años de la entrada de los Mossos en el Palau de la Música, el estallido del desfalco de la institución en manos de Fèlix Millet el otrora omnipresidente del Palau, y su mano derecha, Jordi Montull. Los responsables de la institución catalana han decidido “celebrarlo” con la emisión de El Palau de la Música. Resurreció, un documental que se ha hecho aprovechando la programación, en junio, de la Sinfonía número dos de Mahler, Resurrección, con el carismático director Gustavo Dudamel.

En el documental intervienen una veintena de personas, testigos y protagonistas alrededor de uno de los escándalos más notables de Cataluña en lo que va de siglo. El caso Palau, pendiente del recurso ante el Tribunal Supremo, se cerró con una sentencia que condenó a Millet y Montull a nueve y siete años de prisión, respectivamente, por el expolio, calculado en unos 23 millones de euros.

“En la documentación aparecía un tal Daniel, que era Daniel Osácar, tesorero de Convergència (CDC). En cuánto empecé a pedir papeles, empezaron los problemas”, explica a cámara Joan Llinares, que sucedió a Millet al descubrirse el fiasco y persona clave en el esclarecimiento de la trama que enriqueció a los condenados y sirvió de financiación al partido nacionalista, que tuvo que devolver 6,6 millones de euros.

En la cinta hay testimonios de trabajadores que reconocen que “ya se sabía” que pasaba algo o el de Mariona Carulla, actual presidenta de la Fundación del Palau de la Música, afirmando que cuando los Mossos entraron en el Palau “estaba convencida de que era un error”.

El documental no utiliza imágenes históricas del caso sino el making of del concierto —y la propia función— que se hizo el pasado 27 de junio. La Resurrección de Mahler ha sido uno de los platos fuertes de la temporada que ahora acaba con Dudamel —el director venezolano se ha convertido en todo un talismán para el Palau— y una de las voces que aparece en el documental.

Más oferta musical

La productora del documental ha sido Prodcaster que ha trabajado en el proyecto en los últimos meses. El documental tiene una duración de 55 minutos y se emitirá el 23 de julio por la web del Palau. “Estamos en conversaciones para que se pueda ver en una cadena de televisión”, explicó Carulla. La cinta sigue los movimientos musicales de la sinfonía, toda una metáfora del renacer del Palau post-Millet.

“Teníamos la posibilidad de ignorarlo o de hacer un concierto de celebración pero al final pensamos en un documental no para explicar qué pasó, sino para dar voz a las emociones de la gente que lo vivió y sin huir de los temas delicados”, añadió Joan Oller, director general del Palau de la Música.

Documental al margen, Carulla y Oller presentaron el nuevo plan estratégico 2019-2022 para el Palau. Musicalmente, se propone ampliar los conciertos propios —una tendencia ya iniciada en los últimos años—, seguir atrayendo a las primeras batutas y artistas mundiales, explorar la programación de otras músicas en el Petit Palau y “controlar” la calidad de los promotores externos que alquilan la sala grande. Otro de los objetivos es seguir con la internacionalización del buque insignia de la institución: el Orfeó Català, de la mano del director Simon Halsey. Y seguir con el costoso capítulo de proteger el patrimonio y poner en regla todas las intervenciones que se han hecho: “hemos estado años sin tener todas las licencias en regla”, reconocía Carulla.

El Palau lleva tres años cerrando sus cuentas sin déficit y en 2018 con unos ingresos de más de 14 millones de euros que proceden de las entradas de conciertos (3,8 millones), visitas (2,9), alquiler de salas (2,8), mecenazgo (1,9), subvenciones públicas (1,7) y otros ingresos (1,1). En el capítulo de gastos, el caso Palau también ha supuesto una abultada factura: en minutas de abogados y auditorías 4.500.000 euros y otros 1.400.000 en reintegros de subvenciones públicas, indebidamente cobradas por la mendaz contabilidad de Millet.

https://elpais.com/ccaa/2019/07/12/catalunya/1562930919_192233.html

 

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SUMARIO: 

[1] El Palau ‘celebra’ los 10 años del expolio con un documental, por Blanca Cia 

[2] Palau de la Música. Resurrecció – DOCUMENTAL

[3] El “caso Palau” y la banalización de la corrupción, por Francesc Valls

[4] Así fue el saqueo del Palau y así se repartió, por Toni Muñoz y Santiago Tarín

[5] La ‘resurrección’ del Palau de la Música, por Blanca Cia

[6] El día que Mas llamó a Millet en pleno registro, por Jesús García

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[2] Palau de la Música. Resurrecció – DOCUMENTAL (en Catalán)

 

Palau de la Música Catalana (Resurrecció) from Palau de la Música Catalana on Vimeo

 

El Palau de la Música Catalana estrena el documental «Palau de la Música (Resurrecció).»

Una crònica emocional i institucional de la refundació del Palau de la Música Catalana deu anys després del desfalc pel cas Millet.

 

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Exterior of Palau de la Musica Catalana, modernist Concert Hall in Barcelona, Catalonia, Spain

 

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[3] El “caso Palau” y la banalización de la corrupción

El documental ‘El Palau de la Música. Resurrecció’ quiere pasar página de la corrupción y mostrar un futuro esperanzador. Solo en un par de ocasiones, de la boca de Joan Llinares, sale la palabra Convergència

Por FRANCESC VALLS

El País

 

Fèlix Millet, después de conocer la sentencia de 9 años y 8 meses de prisión que se le comunicó el 15 de enero del 2018. JOAN SÁNCHEZ

 

En el órgano del Palau, alguien interpretaba la Toccata y Fuga en Re menor de Bach mientras los mossosregistraban el edificio en busca de billetes de 500 euros. El pasado 23 de julio se cumplieron 10 años del acontecimiento. La obra del compositor alemán resultó premonitoria: había mucho más misterio que unos simples billetes de 500 sospechosos a ojos de la Agencia Tributaria. El expolio del Palau por parte de Millet, Montull y Convergència hacía honores a esa pieza capaz de transportarnos a cualquier castillo transilvano en pleno ritual de sangre vampírico.

Ahora el propio Palau ha producido un documental que bajo el título El Palau de la Música. Resurreció quiere pasar página de la corrupción y mostrar un futuro tan esperanzador como el que brinda el quinto y último movimiento de la Sinfonía Nº 2 de Mahler. TV3 emitió el informe —cuyo visionado está disponible en la página web del Palau— en el programa Sense Ficció del pasado 23 de julio. Mientras se aguarda la última palabra del Tribunal Supremo, un año y medio después de que la Audiencia de Barcelona dictara sentencia, ninguno de los 12 condenados está en la cárcel.

La corrupción en Cataluña está embozada con la capa del ‘procés’, el victimismo y la persecución política

En el documental, que se estructura a partir de la preparación del concierto de la citada sinfonía de Mahler, la presidenta de la Fundación de la institución, Mariona Carulla, se lamenta de que “los partidos utilizaron el Palau para su conveniencia política” y solo en un par de ocasiones y de la boca de Joan Llinares, el hombre que documentó contra corriente y como director general del Palau toda la corrupción, sale la palabra Convergència, condenada judicialmente como partícipe a título lucrativo por el expolio de al menos 6,6 millones.

Y es que el Palau, como buena parte de la sociedad catalana, quiere contagiarse del espíritu del último movimiento de la Sinfonía Nº2 de Mahler, en el que el compositor nacido en Bohemia plantea un juicio final no muy del agrado de la Iglesia, pues ya no hay ni pecadores ni justos, ni castigo ni premio. Todo gracias a la infinita misericordia de Dios.

Es difícil ser indulgente ante un expolio de 35 millones de euros del que fue partícipe un partido que predicaba la austeridad y la buena administración. Pero el hecho de que los autores del delito hayan sido “de los nuestros de toda la vida” les concede la gracia del perdón. Cataluña, como sucede en cualquier punto de España, vive una banalización de la corrupción, aquí embozada con la capa del procés, el victimismo y la persecución política. Joan Llinares, exdirector del coliseo modernista, explica en una extensa entrevista a El Confidencial que una vez reformados los estatutos y racionalizada la administración del Palau, se designó a Josep Maria Busquets, antiguo cargo de Convergència, presidente provisional de la institución. O sea, tras estallar el escándalo vuelven los nuestros. Las trabas para sacudir las alfombras de la corrupción se acrecentaron. El remate llegó con la victoria electoral de CiU de 2010, cuando entraron en la nueva junta directiva personas como Jordi Sumarroca, empresario involucrado en la trama del 3%. David Madí, mano derecha comunicativa de Artur Mas, ingresó en el patronato de la institución.

Es difícil ser indulgente ante un expolio de 35 millones en el que participaba un partido que predicaba la austeridad

Las aguas volvían a su cauce. Afirma Llinares que Artur Mas se parece mucho a Francisco Camps, expresidente de la Generalitat valenciana, cuando presume públicamente de que los expedientes de adjudicación de obra pública están perfectos. Mientras la justicia investiga y el bosque está en llamas hay que poner cara de inocencia o de sorpresa. Pero lo cierto es que en el Palau hay 9,6 millones de euros cuyo paradero se desconoce. Las entidades bancarias con las que operaba el coliseo modernista (más de un centenar de cuentas corrientes) se negaron a identificar a quienes cobraban los talones al portador, a pesar de estar obligados por ley.

El fiscal Emilio Sánchez Ulled —en una entrevista de Jesús García recientemente publicada por este diario— explica que el expoliador en jefe del Palau, Fèlix Millet, no paraba de recibir llamadas mientras los mossos procedían al registro del coliseo modernista en la mañana del 23 de julio de 2009. Cuando el fiscal le reprendió por utilizar el móvil en pleno registro, quien estaba al otro lado de la línea era Artur Mas. Seis días después del registro, cuando Llinares tomó posesión del cargo, Millet y Montull todavía campaban a sus anchas por el Palau y las máquinas trituradoras de papel funcionaban a pleno rendimiento. No se dictaron las medidas cautelares oportunas. Una parte de la sociedad se empeña en seguir confundiendo la generosa misericordia divina —exaltada por el converso Mahler en su Sinfonía Nº2— con la indulgencia y tolerancia hacia los corruptos.

https://elpais.com/ccaa/2019/08/03/catalunya/1564847420_422749.html

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Montaje de un billete de 500 euros con el rostro de Fèlix Millet (Pablo González)

 

[4] Así fue el saqueo del Palau y así se repartió

El desvío asciende a 23 millones de euros, que responden a gastos particulares de los responsables de la entidad y el pago de comisiones a CDC

Por Toni Muñoz y Santiago Tarín
 
 

El montante total del saqueo del Palau de la Música asciende a 23 millones de euros. La Audiencia de Barcelona ha puesto cifra al desfalco urdido por Fèlix Millet y Jordi Montull, entre los años 2000-2009, después de que hubiera dos cifras posibles sobre la mesa en función de quien hiciera el cálculo. O 23 millones como aseguró Hacienda, o bien 33, como dijo en su día la compañía auditora Deloitte.

Los 23 millones de euros que salieron del Palau de la Música fueron en mayor hacia el bolsillo de los responsables de la institución, Fèlix Millet y Jordi Montull que destinaron el dinero a fines particulares. Obras en sus domicilios particulares, viajes privados por todo el mundo, las bodas de sus hijas, compra de obras de arte… El desvío del dinero del Palau también fue destinado al pago de comisiones a CDC mediante al pago de facturas por servicios no prestados.

Pago de facturas por servicios no prestados

Fèlix Millet sufragó los ostentosos enlaces de sus hijas con el dinero del Palau de la Música. Según la sentencia, el costo de las bodas ascendió a 164.269 euros y los lujos viajes familiares también costaron 648.021 euros. Las reformas de las viviendas de Millet y Montull también corrieron a cargo de la institución que gestionaban y destinaron casi un millón de euros a este concepto.

El entramado que crearon junto a Ferrovial y CDC también les reportó cuantiosas ganancias. La sentencia del caso Palau, tras más de ocho años de instrucción, confirma que Convergència cobraba comisiones del 4% a cambio de adjudicaciones de obra pública para financiarse.

La sala décima de la Audiencia de Barcelona subraya que desde principios de 1999 hasta julio de 2009, el total de comisiones satisfechas por Ferrovial a CDC y, canalizadas a través del Palau, ascienden a 6,6 millones de euros.

3,5 millones por mediar entre CDC y Ferrovial

Gracias a su mediación, Millet y Montull se embolsaron 3,5 millones de euros, de los cuales 2,8 el primero, y 700.000 el segundo. La comisión que Ferrovial CDC pactaron para la obtención de obra pública era del 4% del importe total de las adjudicaciones obtenidas. El reparto se hacía de la siguiente manera: el 2,5% iba al partido y el 1,5% para Millet y Montull, de los cuales el 80% era para el primero y el 20% para el segundo.

La canalización del dinero de Ferrovial hacia Convergència a través del Palau se hacía mediante contratos de patrocinio que la constructora suscribía con la institución cultural y que posteriormente era entregado al partido mediante extracciones bancarias en ventanilla; a través de convenios de colaboración sellados entre el Palau con la fundación Trias Fargas, afín a CDC; y con el giro de facturas directamente al Palau por trabajos prestados a CDC o por servicios inexistentes.

De todos los fondos en efectivo que se movieron hay 6 millones que no se sabe adónde fueron a parar.

https://www.lavanguardia.com/politica/20180115/4437505563/saqueo-palau-de-la-musica-millet-montull-cdc-ferrovial.html

 

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Adria Alemany Salafranca, marido de Ada Colau y muy cercano a Millet, con quien trabajaba como Economista Neoliberal en el Barça

 

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[5] La ‘resurrección’ del Palau de la Música

Un documental explica cómo se vivió el expolio, hace una década, en manos de Fèlix Millet y Jordi Montull

Por Blanca Cia
 
Fragmento del documental ‘El Palau de la Música. Resurrecció’.
 
 

“Todos sabíamos que las cosas que se hacían no eran normales, sobre todo los que estábamos en contabilidad y cuando entraron los mossos vimos el calibre del tema”. Elisabeth Rodríguez, trabajadora del Palau de la Música de Barcelona, es uno de los testimonios que con toda claridad explica que cuando entró la policía autonómica en el Palau –toda una institución cultural de Catalunya- hoy hace justo diez años, muchos tuvieron la extraña sensación de que se confirmaban sus más o menos fundadas sospechas. El de ella es uno de la veintena de testimonios que aparecen en El Palau de la Música. Resurreccióun documental que ha promovido el propio Palau aprovechando la programación, en junio pasado, de la Sinfonía número dos de Mahler, Resurrección. El documental se puede ver en la web de la institución y este martes lo emitirá TV3 en el programa Sense Ficció.

Una cinta en la que la música de la contundente sinfonía de Mahler viene como anillo al dedo para encuadrar lo que fue uno de los mayores escándalos de Cataluña en lo que llevamos de centuria. El caso Palau, pendiente del recurso ante el Tribunal Supremo, se cerró con una sentencia que condenó a Fèlix Millet y Jordi Montull a nueve y siete años de prisión, respectivamente, por el expolio de 23 millones de euros. Una trama de falsear la contabilidad del Palau que enriqueció a los condenados y sirvió de financiación a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) que tuvo que devolver 6,6 millones de euros al ser reconocida como beneficiaria. El documental no utiliza imágenes históricas del caso sino el making of del concierto —y la propia función— que se hizo el pasado 27 de junio bajo la dirección del carismático Gustavo Dudamel, una de las voces de la cinta.

Los cinco movimientos de la sinfonía son los que encuadran otras tantas partes del documental: espoli (expolio), fer net (limpiar), nou projecte (nuevo proyecto), el judici (el juicio) y resurrecció (resurrección). Un trabajo, realizado por la productora Prodcaster, que, de paso, muestra una visión poco conocida: la preparación y ensayos de un concierto con una gran orquesta y la fuerza de los coros del Orfeó Català. También la reconstrucción en todos los sentidos de la institución y su refundación musical de la mano de Joan Oller. Y, como no, la belleza de la arquitectura de Domènech i Montaner, en un primerísimo plano.
 

Las sospechas de las que hablan varios trabajadores entrevistados las levantaban, por ejemplo, los viajes y el alto nivel de vida de Félix Millet –omnipresente presidente del Palau desde 1978, más de tres décadas gestionándolo a su antojo– mientras a los cantaires del Orfeó Català se les ninguneaba poder salir fuera de Barcelona de gira porque “no había dinero”. Joan Llinares, que asumió la dirección hasta 2011 por encargo del Ayuntamiento de Barcelona, fue una de las personas claves para desentrañar la maraña urdida entre los condenados para expoliar al Palau. “Yo me encontré con la sorpresa de que había más de un centenar de cuentas corrientes, algo que era fuera de lo normal”, explica en el documental. Llinares, al ser advertido por una trabajadora del Palau, tuvo que ordenar que las máquinas de triturar papel pararan porque se estaban destruyendo pruebas. Unos primeros días tras la entrada de los mossos que fueron muy convulsos para todos los que formaban la gran familia del Palau como explica la que es desde entonces la presidenta de la Fundación, Mariona Carulla: “Una semana después le dije a la esposa de Millet que mejor que [Fèlix Millet] no viniera al Palau porque le prohibirían la entrada”. Lo explica porque Millet –ya destituido e investigado pero en libertad– le dijo a ella –ya presidenta– que le dejara solo “en un despacho que ya no era el suyo”.

El documental no revela ninguna sorpresa respecto a todo lo que salió a relucir durante la instrucción y en el juicio seguido hace más de un año y medio, pero el relato de todos los testimonios da una visión de conjunto del tamaño del “culebrón”, tal como lo define otro de los entrevistados, Jordi Martí, el comisionado de Cultura del consistorio en aquella época, entonces en las filas del PSC. La conmoción en la sociedad y el mundo cultural catalán con el estallido del caso fue notoria. Hasta ese día, el 23 de julio de 2009, Millet tenía toda la consideración. De hecho, ese mismo día, el consistorio retiró de la orden del día del pleno de forma precipitada la concesión de la Medalla de Oro de la ciudad por sus “méritos culturales” a Millet.

https://elpais.com/ccaa/2019/07/23/catalunya/1563873531_089339.html

 

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[6] El día que Mas llamó a Millet en pleno registro

El fiscal del ‘caso Palau’ rememora la irrupción de los Mossos en el coliseo modernista, de la que se cumplen 10 años

Por Jesús García

El País

Registro de los Mossos en el Palau, el 23 de julio de 2009. GIANLUCA BATTISTA

 

Emilio Sánchez Ulled le queda lejos aquella mañana de verano en la que entró en el Palau de la Música . La lejanía es física -vive en Bruselas, donde ahora es consejero de justicia en la macroambaixada española- pero también emocional. Y sin embargo, hay sensaciones que no olvida. Como el nudo en el estómago que sintió al irrumpir, acompañado de un grupo de Mossos, en el coliseo modernista. «Íbamos con una cautela absoluta en el Palau representaba social y culturalmente». O los «nervios» que vio reflejados en el rostro del capo , Fèlix Millet, Luego convertido en saqueador confeso. Millet «no paraba de recibir llamadas». La primera, según dijo él mismo y reconocen varios testigos, la del entonces líder de Convergencia Democrática, Artur Mas.

«Es que es Mas, es que es Mas», intentó justificarse Millet cuando el fiscal lo reprendió por usar el teléfono móvil en pleno registro. La llamada, de Palau (de la Generalitat) en Palau (de la Música), no se vio entonces como nada premonitorio. Con el tiempo, el expolio de la institución musical derivó en el gran escándalo de corrupción de Convergencia: por primera vez, se probó la financiación ilegal del partido de Mas .

Pero aquella mañana del 23 de julio de 2009 -fecha clave en la historia contemporánea de Cataluña, de la que se cumplen diez años-, Sánchez Ulled ni siquiera se lo podía imaginar. «Investigábamos una salida sospechosa de dinero, pero no sabíamos gran cosa. Recuerdo que, en la reunión previa al registro con la policía, les dije que el asunto era tan grosero [la Agencia Tributaria había detectado un uso excesivo de billetes de 500 euros] que no creía que hubiera financiación ilegal legal».

El fiscal anticorrupción, ahora en servicios especiales, río de su falta de olfato, enmendada después con una investigación en la que demostró que Convergencia se embolsó 6,6 millones en comisiones ilegales pagadas por Ferrovial a cambio de la adjudicación de obra pública . Con este mismo sentido del humor, Sánchez Ulled comentó a los mossos que fueran prudentes en el registro: «Les dije: ‘Ten cuidado porque, si rompemos algo, esto es patrimonio de la humanidad».

Los agentes no rompieron nada y, de hecho, casi no pusieron los pies en zonas nobles del Palau. El registro se centró en despachos anodinos donde, según un trabajador, se guardaban papeles. «En un local-trastero encontramos una carpeta donde aparecía una cuenta en Suiza con fuerza dinero», recuerda Sánchez Ulled, que inmediatamente pidió una comisión rogatoria y la retirada del pasaporte de Millet. Fue un día intenso, un registro de 12 horas del que apenas se ausentó unos minutos para comer un bocadillo en un bar que había cerca.

«Durante el registro, sonaba música de órgano. Era la Toccata y fuga en re menor, BWV 565 , de Bach! Es la que ponen a las películas a los genios del mal «, río nuevo, en conversación desde Bruselas. Un grupo de japoneses en visita guiada miraban con caras de desconcierto los mozos que salían con cajas de cartón, mientras los trabajadores del Palau esperaban. Sánchez Ulled todavía los recuerda. «Algunos hacían cara de estupor. Otras estaban como ofendidos, no entendían qué hacíamos allí. Y otras caras te llamaban la atención porque era como si dijeran ‘se veía venir … «

Millet salió ese día del Palau rodeado de cámaras, pero en libertad. Y así siguió -con un ligero paréntesis por otra causa judicial, la de la construcción fallida de un hotel de lujo- hasta que, en enero de 2018, la Audiencia de Barcelona le condenó a nueve años y ocho meses de prisión por haber saqueado 23 millones de la entidad en colaboración con su mano derecha, Jordi Montull. Estuvo 25 días en prisión -a casi un día por cada millón que se embutxacar- y luego quedó en libertad a la espera de la sentencia definitiva del Supremo.

Sánchez Ulled se queda con el «momento eureka » que supuso ver con sus ojos, por primera vez, pruebas documentales del cacareado financiación ilegal de CDC. Unos años antes, cuando el ex presidente Pasqual Maragall dirigió a Mas en el Parlament su célebre frase de «ustedes tienen un problema, y ese problema se llama 3%», el fiscal superior, José María Mena, puso Sánchez Ulled a investigar con su colega Fernando Rodríguez. Entonces no pudieron avanzar. «No sabíamos dónde mirar. Nadie nos daba ninguna pista «. Pero aquella mañana de julio de 2009, la música del 3% comenzó a sonar.

UN AÑO Y MEDIO Y EL SUPREMO SIGUE SIN DICTAR SENTENCIA

La Audiencia de Barcelona dictó sentencia sobre el caso Palau en enero de 2018, nueve años y medio del registro de los Mossos en la institución musical. La investigación avanzó a buen ritmo los primeros años, pero luego entró en un letargo de recursos que alejaron la posibilidad real de encarcelar a los culpables. Además de las condenas a Millet y Montull, saqueadores confesos, el tribunal sentenció el ex tesorero de Convergència, Daniel Osácar, a cuatro años y medio de prisión. Ninguno de los 12 condenados en prisión.

Tanto las defensas como la Fiscalía recurrieron la sentencia ante el Tribunal Supremo. Pero éste aún no se ha pronunciado pese a que ya ha pasado un año y medio. Ni siquiera hay fecha prevista para celebrar la vista, informa Reyes Rincón . El Supremo deberá dictar la resolución definitiva, lo que podría llevar Millet, Montull, su hija Gemma Montull y Osácar en prisión.

https://cat.elpais.com/cat/2019/07/22/catalunya/1563812364_201255.html

 

 
 
 
 
 

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