INDICE ESCLAVITUD EN ESPAÑA EN EL SIGLO XXI
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CUANDO AMÉRICA CEDIÓ LA ESCLAVITUD DE ÁFRICA HACIA EUROPA
Escritora
Si observamos a la Humanidad actual podemos contemplar que muy poco se diferencia de la de anteriores siglos; sólo ha cambiado la manera de ser esclavos. No existe país en este Planeta que no siga un rol fijado en ello. Los Gobiernos son solo el estamento fijo y forzado de cómo unos seres vivos deben obedecer a quienes esclavizan al resto. En todo ecosistema existe una única finalidad, el bien común y global de las especies para permitir que ese ecosistema siga alimentando a ese mismo sistema, pero en ningún caso lo hace de manera esclava. Una hormiga posee unas capacidades para ejercer el bien común de la colonia de hormigas pero la reina no podría sobrevivir sin la ayuda del resto de hormigas y todo se hace para la supervivencia de esa misma colonia. Sin embargo eso no ocurre con el ser humano, el cual sigue sufriendo diferencias sociales realmente marcadas y traumáticas, desde niños desnutridos y usados como objeto sexual o laboral hasta ancianos abandonados o desahuciados de sus propias casas en un Sistema social que especula con todo lo que tiene vida y lo que es inerte.
Existen museos, catedrales, templos, y un sinfín de edificios y de sociedades que hablan y existen para la cultura y las artes pero todo ello es banal. Un cuadro posee un valor adquisitivo más grande que aquello que late con vida. Una Iglesia posee figuras religiosas que poseen más valor que almas vagabundas rechazadas por el resto de almas. La cultura actual no se basa en la transmisión de conocimiento, sabiduría y valores fundamentales , sino en la especulación financiera. Porque en esta Sociedad actual lo que prioriza es el dinero. Absolutamente nada que se mueva con vida en este planeta es más importante que el dinero. Las selvas y grandes bosques son vendidos por esos Gobiernos a grandes fortunas y las vidas también.
En siglos anteriores, los grandes terratenientes que vieron en los grandes descubrimientos de nuevas tierras a las que explotar un negocio próspero necesitaron mano de obra barata para ello. Porque todo negocio que ha triunfado en este Planeta ha tenido como base principal la esclavitud, entendiéndose ésta como aquella forma de obtener el máximo beneficio a costa de que el resto dependa de ello pero con el mínimo beneficio para estos últimos. El punto álgido en esto fue con el descubrimiento de las Américas por parte de los europeos y británicos. No sólo saquearon las tierras nativas de las Américas sino que les obligaron a aceptar sus falsas religiones basadas torturas para aquellos que las negaban. Para ello se sirvieron de grandes navíos que transportaban a ciudadanos del África hacia la nueva tierra, América del Norte, en donde los instalaban en sus majestuosas haciendas para que trabajaran la materia prima como esclavos, sin derechos y castigados cruelmente si no respondían a los mandatos de aquellos perversos amos.
Con el tiempo y tras mucho dolor, los descendientes de quienes fueron injustamente tratados se rebelaron contra aquella crueldad y hallaron, mucho después, luz en sus vidas con nuevas leyes que les amparaban. Pero la semilla ya había germinado y las segregaciones aún continúan. Y es que realmente la esclavitud aún existe.
El siglo en el que vivimos es, a mi entender, el peor siglo de todos, porque pudiendo vivir cómodamente vivimos más esclavos que nunca, sólo que esta esclavitud está camuflada entre comodidades e ideales maquillados. Habiendo tenido tantos personajes ilustres que nos han dado las claves para poder vivir en igualdad y en respeto con aquello que nos rodea hemos obtenido un Planeta que está completamente contaminado y destruido. No existe zona del mismo que no haya sido explotada y forzada a aceptar los dictámenes especuladores de quienes usan su poder económico para obtener aquello que desean.
Y ahora la esclavitud de los grandes navíos no se realiza entre África y América, sino que se realiza entre África y Europa, teniendo a Asia también en ese gran negocio. Nos crean fronteras y leyes que solo afectan a los ciudadanos con menos privilegios, mientras los privilegiados pueden usar otros países para mover sus cuentas bancarias y crear industrias que les permita usar mano de obra más barata. Pero también necesitan que sus mismos ciudadanos sientan que sus puestos de trabajo peligran y así acepten sus condiciones laborales nada lógicas, puesto que esas grandes empresas capitalistas que no quieren que sus trabajadores tengan un salario digno son las mismas que promocionan e invierten en figuras deportivas a las que les pagan grandes sumas de dinero o viven en el más absoluto lujo. Los Gobiernos son los primeros en permitir esta situación actual y los ciudadanos, de una manera u otra, quienes lo sustentan, porque la Verdad se ve pero se elude por las consecuencias que ésta conlleva hacia el individuo.
Ahora los grandes navíos se han maquillado con barcos que dicen defender los derechos humanos, con barcos que usan el activismo para ganar dinero con ello. Activismo y defender los derechos humanos no es transportar personas de un continente a otro porque éstas huyen de sus tierras sino evitar que esto último ocurra. Pero no sólo se usan barcos sino también leyes que permiten que empresarios especuladores hagan contratos laborales a ciudadanos de países más pobres. Esto último es lo que viene ocurriendo entre Europa y África desde hace años y concretamente con el caso de los campos del sur de Andalucía, quienes acogen temporeros traídos del norte de África para hacerles contratos y obligarles a aceptar las condiciones que ellos establecen, incluyendo en estas los abusos sexuales.
Aquellas situaciones en las que mujeres africanas que llegaban con grilletes a trabajar los campos de algodón de los nuevos Estados Unidos de América y que sufrían violaciones que daban lugar a hijos bastardos siguen ocurriendo de diferente manera en la actualidad. Niños menores traídos en barcos y en migraciones obligadas desde el país africano son usados por las mafias a través de los centros de menores. Las mujeres que llegan, no sólo de África, sino de parte de Europa del Este y de Asia son obligadas a prostituirse. E incluso las que trabajan las tierras deben aceptar los abusos que los capataces les imponen, como es el caso de las temporeras de Huelva.
Temporeras extranjeras denuncian abusos de sus patronos en la recogida de fresa en Huelva – La explotación sexual en el campo es un secreto a voces, pero nunca hasta ahora han prosperado acusaciones contra los responsables de una actividad competitiva en Europa.
Pero no tan sólo existe el hecho delictivo sino que, quienes defienden a quienes están desprotegidos mediante el organismo de la justicia se encuentran con problemas por ello. Y es que los Gobiernos amparan a los privilegiados frente al resto. Tan sólo en una mínima parte la Justicia actual existe como tal. Una Justicia saturada y no actualizada y unos letrados con dificultades para llevar a cabo su labor judicial. Este es el caso del departamento para la defensa de los derechos humanos de la Plataforma PUNTO CRÍTICO.
La Subdelegada del Gobierno en Huelva, Manuela Parralo, ha eludido este lunes tomar en consideración la relevante información, publicada hoy por La Mar de Onuba, que desvela comportamientos -cuanto menos- cuestionables por parte de agentes de la Guardia Civil de Almonte, y ha rechazado abrir una investigación al respecto.
Nada ha cambiado en siglos. Nada más que ahora hemos logrado destruir no sólo la Humanidad sino el Planeta, y todo ello gracias a lo que muchos denominan Revoluciones, las cuales no siempre ofrecen el resultado justo, no si éste proviene de la especulación financiera y capitalista. El trabajo ya no proviene de los artesanos y gremios. Ahora se sustituye por tecnología y por mano de obra todavía más esclava que siglos atrás, porque antes era supervivencia y ahora es codicia.
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Un duro y estremecedor alegato sobre las ‘Temporeras contra la esclavitud’ gana el 31º Concurso Internacional de Abogados en Francia
“Si nuestros sistemas judiciales desaniman, humillan y finalmente perjudican a los más débiles … ¿dónde está nuestra legitimidad?”, se pregunta François Bourguignon.
Las diferentes causas emprendidas por la Asociación de Usuarios de la Administración de Justicia (AUSAJ) en nombre de las 10 mujeres centraron el discurso del letrado parisino.
El joven letrado François Bourguignon se ha alzado en Francia con el primer Premio Internacional de Abogados que concede, desde hace 31 años, la abogacía francesa en el «Memorial de Caen, ciudad de la Historia por la Paz’. El abogado destacó con su duro y estremecedor alegato La paga del deshonor, la lucha de Aisha y Damas de la fresa de Huelva, en el que denuncia el fracaso del sistema jurídico español y europeo ante las vulneraciones de derechos de las personas más vulnerables.
Bourguignon, que ya había destacado en el mismo concurso durante su etapa de estudiante de Derecho, centró su alegato ganador en las trabajadoras marroquíes explotadas en los campos de Hueva por el “preciado oro rojo«, y más concretamente en el caso de las Temporeras contra la Esclavitud, las 10 mujeres que denunciaron en 2018 haber sufrido explotación laboral y agresiones sexuales en la finca de Almonte (Huelva) Doñana 1998.
En su exposición cuestionó la «triple discriminación» (por sexo, origen social y situación familiar) del modelo español de contratación en origen y alertó de que los déficits de los gobiernos y los sistemas judiciales para garantizar los derechos de todas las personas en un país de la Unión Europea, en este caso España, supone un fracaso de toda Europa y resta legitimidad y calidad democrática al Viejo Continente.
«Si no somos capaces de recibir dignamente a los trabajadores que han venido a ejercer las tareas que nosotros ya no queremos hacer… ¿qué legitimidad tenemos para dar lecciones de moralidad al resto del mundo?», preguntaba Bourguignon en su alegato, en el que con extrema crudeza criticó la experiencia vivida por las Temporeras contra la esclavitud y la falta de garantías procesales y administrativas que vienen sufriendo desde que denunciaron lo ocurrido en la finca Doñana 1998 de Almonte.
El abogado parisino asume en su alegato las tesis de la Asociación de Usuarios de la Administración de Justicia (AUSAJ), cuyos letrados Belén Luján y Jesús Díaz Formoso representan, pro bono, a las diez temporeras marroquíes, y denuncia las muchas trabas policiales, judiciales y administrativas para garantizar los derechos de las trabajadoras contratadas «en origen». Su exposición ha merecido el reconocimiento del jurado compuesto por prestigiosos juristas internacionales en esta 31 edición del Memorial de Caen.
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Concurso Internacional de Alegatos, Caen 2020
INTERVENCIÓN DEL ABOGADO FRANÇOIS BOURGUIGNON SOBRE LA ESCLAVITUD EN HUELVA, EJEMPLIFICÁNDOLO CON EL CASO DE LAS DIEZ TEMPORERAS CONTRA LA ESCLAVITUD QUE DEFENDEMOS EN AUSAJ
PUEDEN CONSULTAR EL RESTO DE LAS INTERVENCIONES DE LA FINAL DEL CERTAMEN EN SU CANAL, AL QUE PUEDEN ACCEDER HACIENDO «CLICK» AQUI
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TRADUCCIÓN AL CASTELLANO DE LA PONENCIA GANADORA DEL CERTAMEN, POR EL ABOGADO FRANÇOIS BOURGUIGNON
Traducción realizada para AUSAJ por Jennie Lecomte
NOTA PC: El nombre de Aicha, empleado en el alegato es ficticio. El alegato está construido a partir de vivencias de varias de las diez Temporeras.
Cuando su hermano la amenazó de muerte por video, Aisha naturalmente tuvo miedo.
El día que su hijo de 3 años le dijo por teléfono: no eres mi madre, Aisha se arrepintió inmediatamente de no haber sabido sufrir en silencio los malos tratos, el hambre, el cansancio. Se arrepintió sobre todo de haber creído que las autoridades españolas la iban a ayudar.
Señoras, señores tienen que escucharme, y tienen que escucharme porque la historia de Aisha y de sus 9 compañeras no le es extraña, si como millones de europeos consumen lo que los españoles llaman el oro rojo.
Cuando en 2018 Aisha supo que el gobierno marroquí buscaba mujeres entre 20 y 45 años para participar en la recolecta de fresas, pensó que era un don del cielo. Ella, sus 2 niños pequeños y su marido estaban desesperados, con falta de dinero y además Aisha se sabía embarazada.
Entonces se presentó a una agencia local de contratación para pasar las selecciones y finalmente obtuvo el más deseado tique verde, el billete de salida hacia Europa. Pero antes de llegar a España Aisha tuvo que pedir prestado una pequeña fortuna, 700 euros, para pagar su visado, su transporte, comprarse botas de goma y guantes de protección. Una vez llegada a la explotación agrícola en la región de Huelva cuanta decepción… El alojamiento: un contenedor sucio apenas acondicionado donde se amontonan varias compañeras como ella, la alimentación en baja cantidad, hay que pagar, rebuscar en la basuras para encontrar más. El trabajo agotador, Aisha trabajaba encerrada 12 horas en un invernadero de plástico sobrecalentado donde se pulverizan pesticidas. No coge ninguna pausa y si se arriesga a ir al baño durante sus horas de trabajo, recibe una penalidad en su salario. El dueño de la explotación incluso le pidió que se quite los guantes de protección con motivo que estropearían las fresas. Desde entonces cada fresa ataca más la carne de las manos desnudas de Aisha.
Estas condiciones de vida y de trabajo son odiosas, deplorables e inhumanas, pero casi parecen anecdóticas al lado de la amenaza constante que pesa sobre Aisha y el niño que lleva dentro de esta explotación agrícola. En cuanto llegó, el dueño le propuso un pacto de supervivencia, mejores condiciones de vida y de trabajo a cambio de favores sexuales. Aisha se negó y entonces el acoso aumento y para castigar su coraje el dueño la forzó a trabajar más duramente. Por supuesto Aisha pensó dejarlo y volver pero qué iba a pensar su familia viéndola volver sola y sin el dinero esperado. De hecho, cómo podría volver a casa sin su pasaporte confiscado a su llegada. Una noche de mayo, cuando Aisha volvía a su habitación después del trabajo, el dueño se le echó encima, la cogió por la ropa e intentó violarla. Pensando poder disuadirle, Aisha gritó en árabe que estaba embarazada pero eso no le disuadió, al contrario. El dueño solo conoce el lenguaje de los puños. Aisha se defendió, dio golpes a ciegas con sus manos cansadas por el trabajo, en vano. Aisha solo debe su salvación gracias a unas obreras alertadas por sus gritos y que se interpusieron antes de que fuera demasiado tarde. Desgraciadamente otras no han tenido su suerte, varias fueron violadas, otras obligadas a prostituirse con los hombres que merodeaban por la explotación. Muchas quisieron denunciar a las autoridades españolas y unos autobuses vinieron enseguida para expulsarlas hacia Marruecos. Después de 6 semanas trabajando y viviendo en estas condiciones, Aisha y 9 otras compañeras finalmente decidieron escalar la valla para escapar. Su primero objetivo era llegar a la ciudad más cercana para pedir ayuda, teóricamente deberían haber tenido la suerte de estar en un estado de derecho como lo es España.
Efectivamente España ratifica en 2014 la Convención de Estambul que apunta a prevenir y a luchar contra la violencia cometida hacia las mujeres. Esta misma que obliga a los Estados miembros tener previsto mecanismos de apoyo a las víctimas en materia de consejos jurídicos, asistencia psicológica, financiera y alojamiento. España también ratifico en 1979 la Convención europea de los derechos humanos que prohíbe el trabajo forzado, consagra la libertad individual y garantiza el derecho equitativo ante un tribunal independiente e imparcial. En fin, España es un gran país democrático, miembro de la Unión Europea y de la Organización de la Naciones Unidas. Hizo suya la declaración universal de los Derechos Humanos que dice que todos tienen derecho a un recurso efectivo delante de los tribunales competentes contra las decisiones o los actos que violen los Derechos Fundamentales. Pero a pesar de este arsenal jurídico, fue buscando ayuda de las autoridades que la suerte de Aisha y de sus compañeras volcó.
“Pensamos que yendo a la policía íbamos a encontrar justicia, que estaríamos pagadas y que las agresiones pararían pero fuimos abandonadas y dejadas solas”, testifica una de ellas.
Ni la policía, ni la justicia tomaron en serio su desesperanza. Peor: las autoridades locales han deliberadamente obstruido la buena aplicación del procedimiento. La policía esperó casi 1 año antes de realmente empezar las investigaciones y se negó a aplicar los Protocolos existentes en materia de lucha contra la trata de seres humanos. Esta decisión totalmente incomprensible, ha privado a Aisha de extender su visado, así que rápidamente se encontró en situación irregular en el suelo español, sin techo y sin poder trabajar.
El Tribunal de Palma, hablemos de él, en 2019 ha infringido sus derechos elementales, no había traductor para las audiciones con el juez, no se protegió su identidad durante todo el proceso y no tuvo tiempo suficiente para reunir las pruebas necesarias. El juez incluso se negó de incluir al expediente la traducción original redactada en árabe. En estas condiciones las consecuencias eran inevitables, el tribunal rechazó mantener la calificación de trata de seres humanos, de intento de violación y de agresiones sexuales. Solo tuvieron en cuenta el acoso. Esta parodia de justicia a la cual todavía asiste Aisha, es a la vez el juicio de Kafka y el extranjero de Camus, Kafka porque Aisha no entiende la dureza, la opacidad de esta justicia y Camus porque Aisha, como Mersault, se siente excluida de este juicio que inició ella. Nadie la escucha, nadie la cree. Ella que se sabía victima casi se siente culpable.
Puedo escuchar las mentes cínicas sostener que nadie obligó a Aisha y las demás a dejar su familia, dejar su país, que estas explotaciones agrícolas a lo mejor no son un ejemplo en materia de condiciones de trabajo, no obstante, el sueldo ganado es 5 veces superior a lo que se gana en Marruecos, que las condiciones de las mujeres en los campos andaluces no son necesariamente peores que las condiciones de las mujeres en un campo marroquí. Esto no excusa nada y no lo hace menos grave. La lista de los pretextos podría seguir aún más tiempo, que sería demasiada larga para esconder la falta del Estado español y la falta de la Unión Europea a través de él. Porque la violación de los Derechos Fundamentales de Aisha fue posible por una decisión política, diplomática. Exactamente por un Acuerdo comercial concluido en 2001 entre Marruecos y España. Este organiza una migración legal es cierto, temporal, controlada entre los 2 Estados mediante el establecimiento de lo que se llama los «contratos en origen». El sistema de los contratos en origen es muy sencillo, España necesita una mano de obra abundante, barata y sumisa sobre todo para trabajar en los campos de fresas, Marruecos tiene por su parte una población joven dispuesta a trabajar duramente para sobrevivir. La dificultad es que la economía española necesita esta mano de obra 3 o 4 meses al año no más, allí intervienen los contratos en origen, para asegurarse de la vuelta de los obreros agrícolas a su país de origen al final de la recolecta.
España solo acepta en su suelo una sola franja de la población marroquí, cuidadosamente elegida con criterios que favorecen la precariedad y la fragilidad. Así solamente mujeres analfabetas, provinientes de zonas rurales y madres de niños pequeños pueden presentar su candidatura al programa, ni los hombres, ni las madres de adolecentes o de jóvenes adultos pueden presentarse. Entonces estamos confrontados a una triple discriminación estatal basada en la nacionalidad, en el sexo y en el origen social, cuya principal consecuencia es de poner voluntariamente mujeres inmigrantes en una situación de extrema fragilidad frente a unos empleadores conscientes de su poder de dominación. Las condiciones de este acuerdo comercial discriminatorio lleva dentro las semillas de las múltiples violaciones de los Derechos Fundamentales que sufren in situ las obreras.
Pero que no nos equivoquemos, las violaciones de las que son víctimas nos afectan a todos y deben alertarnos. Según las palabras de Martin Luther King, la menor injusticia por donde sea cometida amenaza el edificio entero, ¡cuánta razón tenía!. De hecho, cómo no establecer un paralelismo entre por una parte las dificultades encontradas por Aisha para obtener la calificación exacta jurídica de los actos que ha sufrido y por otra parte las millones de mujeres españolas que han bajado en las calles el 8 de marzo 2018 para denunciar las penas demasiadas bajas en materia de violación. Si no somos capaces de recibir dignamente a los trabajadores que han venido a ejercer las tareas que nosotros ya no queremos hacer ¿Qué legitimidad tenemos para dar lecciones de moralidad al resto del mundo? Si elegimos a propósito a los más vulnerables, no para que se desarrollen aquí sino para asegurarse que volverán allí ¿Dónde está nuestra legitimidad? Si nuestros sistemas judiciales desaniman, humillan, finalmente perjudican a los más débiles ¿Dónde está nuestra legitimidad?.
A pesar de las dificultades que han atravesado y que todavía atraviesan hay que ver a esas 10 mujeres, de pie, determinadas, la mirada recta.
“Solo volveré a Marruecos cuando la verdad salga a la luz, quiero volver a casa con la cabeza alta», dice Aisha.
Aunque la lucha judicial sigue siendo larga, esas mujeres elegidas por su supuesta fragilidad ya han contradicho a los que apostaban por su silencio.
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1 Comment
Muchos no se enteran ni jamás quieren enterarse del daño que hacen, ¡jamás!
Ya ir contra la Luz o contra el Bien o contra la información equilibrada-racional ya es satanismo o nazismo, ¡sin duda!
Pero ellos NO SE ENTERAN NI JAMÁS QUIEREN ENTERARSE DEL DAÑO QUE HACEN, ¡JAMÁS Y JAMÁS!
Ya ir contra la Naturaleza o contra lo Decente (lo No-Corrupto) o contra el que demuestra imbatiblemente razón… ya es satanismo o nazismo, !sin duda!
Pero ellos intentan SEGUIR Y SEGUIR “COMO SI NADA” CON ESO DE EQUIPAJE, y con eso de utillaje hacer bueneteces, ocupar espacios sociales y mancharlos CON ESO, acaparar todos los recursos sociales CON ESO, premiarse como satánicos CON ESO, ¡¡y así siempre!!, ¡¡y así siempre!!
LA LUCHA: ¡LO DECENTE JAMÁS CONSINTIRÁ LA MIERDA QUE IMPONEN AL MUNDO A LA FUERZA