«REDONDELA», de Pedro Costa // Justicia Nacional Católica: M. Rajoy padre y el Caso Redondela.

CASO REDONDELA, JUEZ MARIANO RAJOY

Artículo publicado el 2 de abril de 2017 en

Aunque este caso no pertenece a nuestra democracia, la exposición del mismo, os permitirá comprobar que, por lo que parece, sirvió para que gente del poder adquiriera experiencia en sistemas de corrupción y asesinato, con plena impunidad de investigar por parte de la Fiscalía del Estado y `por supuesto de los jueces.

REACE [Refinería de Aceites y Grasas] fue constituida por don Rodrigo Alonso Fariña en 1956 con el fin de dedicarse al refinado y envasado de aceite, eran socios Oswaldo Alonso Fariña, Salvador Guerrero, Eufrasio Juste y Francisco Carrión sita en Outid (Redondela) más tarde en 1964 don Rodrigo Alonso Fariñas disponía de la mayoría  acciones mediante la compra a terceros, incorporándose al Consejo de Administración don Nicolás Franco Bahamonde, que era en esa época procurador a Cortes, consejero de Petroliber (hoy Repsol), Transmediterránea, FASA – Renault y otras empresas ligadas al Banco Coca.  y don Isidro Suárez Díaz Moris.

Todo un personaje de la época, el “hermanísimo” medraba a sus anchas. Una vez le protestaron una letra impagada y su respuesta fue: “Al hermano del Caudillo no se le molesta por 4.800.000 cochinas miserables pesetas”. Cuando estalló el escándalo fue nombrado inmediatamente Embajador de España en Portugal

En 1968 el Consejo de Administración lo formaban: presidente: Isidro Suárez Díaz Moris; miembros del Consejo: Rodrigo Alonso Seoane, Nicolás Franco Baamonde, Jorge Alonso de la Rosa, y el propio Rodrigo Alonso; secretario de actas: Alfredo Román Pérez.

Entonces empieza el verdadero negocio, la Comisaría de Abastecimientos y Transportes (CAT) para satisfacer las exigencias del mercado y regular los precios. Pero la CAT carecía de instalaciones adecuadas y debía recurrir a depósitos alquilados a empresas privadas. En el año 1964 fue efectuado el primer almacenamiento en los depósitos situados en Guixar (Vigo) y fue Reace (Refinería del Noroeste de Aceites y Grasas, SA) la empresa que contrató con la CAT entre 1966 y 1972 el almacenamiento de más de 12 millones de kilos de aceite. Estaba claro que la CAT era el único propietario de ese aceite y un seguro dejaba a cubierto la mercancía contra cualquier eventualidad. El contrato regulaba también el procedimiento para las entregas con la obligada referencia al levantamiento del acta y al precintado de la válvula de salida.

El 25 de marzo de 1972 debido a la falta de aceite de oliva en la CAT (Comisaría de Abastecimientos y Transportes) y tras comprobar que los depósitos de la empresa REACE situados en la estación de GUIXAR (Redondela) no había el aceite previsto, es decir, que los grandes depósitos estaban totalmente vacíos, el Director General de CAT don José María Romero González (perito industrial), denuncia en el Juzgado de guardia de Vigo la desaparición de 4.036.052 kilos de aceite de oliva, propiedad de CAT con un valor de 167.615,172 pesetas. Sumario 43/1972.

Cuatro días más tarde [29/03/72] fue detenido en el tren Madrid-Bilbao don Isidro Suárez Díaz Moris , el cual fue encarcelado.  Poco después fallecía en la prisión, al parecer por una emanación de gas de la ducha de la prisión (a medianoche) y un golpe posterior producido en la caída. ¿ fuga de gas ?

El 9 de septiembre se produjo una misteriosa muerte: el taxista de Vigo Arturo Cordobés apareció asesinado de tres balazos en las afueras de la ciudad. Diversos fueron los comentarios sobre el autor y el móvil, hasta que se supo que el taxista solía transportar en largos viajes con su vehículo a los principales encartados en el asunto del aceite (Alonso, Suárez, Romero…). Pero, la investigación no pasó de ahí…

El 1 de Octubre de 1972 en el ABC de Sevilla, se leía la siguiente noticia, D. José Mª Romero junto con su mujer y su hija, aparecen muertos de varios disparos cree la policía que es un suicidio.

La de Romero no fue la única muerte “rara” del caso, Antonio Alfajeme, empresario conservero de Vigo comprador de aceite a REACE apareció apuñalado en su domicilio de Vigo el 20 de Abril de 1974.

Por último, el representante de los acreedores, Luis Mañas murió antes del juicio de una angina de pecho fulminante.

Pero volvamos otra vez a los nombramientos; en 1968 don Rodrigo Alonso Fariña cesa como presidente de REACE llevando el peso de la empresa don Isidro Suárez Díaz Moris; Rodrigo Alonso Fariña fue entre otros cargos presidente del Real Club Celta de Vigo hasta junio de 1973, año en el que presenta la dimisión debido al “escándalo ” el juzgado dicta Auto de Procesamiento contra  Fariña  el 11 de noviembre de 1973 “por haber encontrado indicios racionales de criminalidad como presunto artífice en los hechos enjuiciados”.

En 1970 cesa cómo director de REACE don Carlos Nogueira que fue sustituido por don José María Romero González, ( el cual muere misteriosamente como hemos apuntado con anterioridad ).

RESOLUCIÓN DEL CASO

El 21 de octubre de 1974 se inicia el juicio. Preside la sala Don Mariano Rajoy Sobredo. se demostró la doble contabilidad , el trasvase del aceite de REACE a otros depósitos de la empresa, una red de sobornos en el CAT, 4 días después, el 25 el caso quedó visto para sentencia. Vaya rapidez para un sumario de 5.000 folios, sumario que, otra sorpresa, se perdió, parece ser que por unas obras. Se inculpó a los fallecidos y los vivos quedaron exculpados. No se investigó que había pasado con tantas toneladas de aceite ni quién se había beneficiado,todos los implicados quedaron impunes y el aceite desaparecido.

Cuando los abogados Gil Robles y Stampa Braun pidieron la comparecencia de Nicolás Franco, Mariano Rajoy Sobredo consideró improcedente esta comparecencia. A pesar del escándalo, carpetazo al tema y a otra cosa mariposa.

Os dejo un par de enlaces para la reflexión

¿Fue Mariano Rajoy un lumbrera o simplemente un beneficiario directo del caso “redondela”?https://iniciativadebate.org/2016/09/04/fue-mariano-rajoy-un-lumbrera-o-simplemente-un-beneficiario-directo-de-caso-redondela/ vía @inidebate

Cuando el Caso Nóos nos trae el recuerdo del Caso Reace http://www.mundiario.com/articulo/politica/cuando-caso-noos-nos-trae-recuerdo-caso-reace/20160303190824055339.html  vía @mundiario

 

 

Redondela

Dirigida por Pedro Costa

 
 
 
Título original: Redondela
Año: 1987
Duración: 116 min.
País: España
Dirección: Pedro Costa
Guion: Pedro Costa, Manolo Marinero
Música: Jesús Gluck
Fotografía:Juan Amorós
Reparto: Patrick Newell, Carles Velat, Fernando Guillén, Elena María Tejeiro,Aitana Sánchez-Gijón, Carlos Larrañaga, Damián Velasco, Blanca Sendino,Agustín González, Manuel de Blas, Conrado San Martín, Marina Saura,Paca Gabaldón
Productora: José Esteban Alenda / Pedro Costa Producciones Cinematográficas S.A.
Género: Drama. Intriga
Sinopsis: Crónica de un escandaloso caso de corrupción, no esclarecido del todo, relacionado con la desaparición de cuatro mil toneladas de aceite de un depósito gallego. El abogado Gil Robles investiga minuciosamente el asunto, pero cuando se abre el juicio oral algunos de los que podrían aportar luz sobre el caso mueren en extrañas circunstancias; otros, como Nicolás Franco Bahamonde, pretextan enfermedades para no acudir a declarar. El sumario desapareció siendo Presidente de la Audiencia Provincial de Pontevedra don Mariano Rajoy Sobredo. (FILMAFFINITY)
 
 
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¿Fue Mariano Rajoy un lumbrera o simplemente un beneficiario directo del caso “redondela”?

Por Eusebio Lucía Olmos

Artículo publicado el 4 de septiembre de 2016 en

 

 

Los cuatro hijos del que fue presidente de la Audiencia Provincial de Pontevedra durante los años setenta, don Mariano Rajoy Sobredo, han podido presumir del insólito caso de haber superado las más duras oposiciones de la Administración del Estado. La biografía del primogénito – actual presidente del gobierno español, por lo que nos es de sobra conocida su capacidad intelectual y expresiva – señala que comenzó a preparar las duras oposiciones de Registrador de la Propiedad, Bienes Muebles y Mercantiles, durante el último año de carrera. Unas de las consideradas más difíciles pruebas para obtener tan relevante puesto de funcionario público del Estado fueron aprobadas al año siguiente por Mariano, en su primer intento y con 24 de edad, por lo que se convirtió en el registrador más joven de la historia de España. Fue destinado al Registro de Padrón, siendo el de Santa Pola del que hoy es titular.

Claro, que su hermano menor, Enrique, estuvo a punto de arrebatarle el record, cuando unos años después aprobó la misma oposición, ostentando la marca del segundo más joven. No obstante, no debe de ser igualmente bueno para la preparación de las oposiciones como para el ejercicio de la profesión, pues en su Registro de Cáceres ha sufrido algún problema por negarse a inscribir cierta propiedad en contra de la opinión del correspondiente notario. El camino familiar debía de estar abierto ya en tan prestigioso Cuerpo, pues consiguió también ser registradora su hermana María de las Mercedes, hoy titular de uno de los Registros de Getafe. El cuarto hermano, Luis, sin embargo, concurrió con similar éxito a las igualmente duras pruebas de acceso al Notariado, obteniendo plaza en Orense, terminando en El Escorial, donde falleció hace algo más de un año. Coincidieron precisamente estos éxitos profesionales de los hermanos Rajoy con el recuerdo de cierto asunto que atrajo la atención del país durante la primera mitad de los años setenta, y que giró en torno a la Audiencia Provincial de Pontevedra, de la que el padre de los Rajoy era entonces titular.

La Comisaría General de Abastecimientos y Transportes (CAT) fue un organismo de la Administración Central del Estado, dependiente del Ministerio de Industria y Comercio, creado a la terminación de la guerra civil como consecuencia de las dificultades que sufría España en materia de aprovisionamientos. Fue por ello necesario comenzar por abordar la transferencia de todas las competencias desde el ámbito municipal, en que había recaído hasta entonces, al estatal, como lo sería a partir de su creación. Pero, en cualquier caso, y como quiera que la CAT carecía de instalaciones adecuadas, debía recurrir a depósitos alquilados a distintas empresas privadas, para el almacenamiento de muchos de los numerosos productos cuya gestión entraba dentro de sus competencias. Por lo que al aceite se refiere, y en la zona noroeste, estos depósitos se encontraban en la zona de Guixar (Redondela), siendo REACE (Refinería del Noroeste de Aceites y Grasas, S.A.) la empresa que entre 1966 y 1972 tuvo contratado con la CAT el almacenamiento de más de 12 millones de kilos de aceite. Ni que decir tiene que ésta era la única propietaria del producto, dejando a cubierto la mercancía contra cualquier eventualidad por medio del correspondiente seguro.

REACE había sido constituida por Rodrigo Alonso Fariña – hijo de conserveros y rico propietario – en 1956, con un capital de 5 millones de pesetas, y con el fin de dedicarse al refinado, envasado y almacenaje de aceite, siendo sus socios Oswaldo Alonso Fariña, Salvador Guerrero, Eufrasio Juste y Francisco Carrión, y teniendo su sede en Outid (Redondela). Años más tarde, el fundador gozaría de enorme popularidad en la provincia, tanto por ser presidente del Real Club Celta de Vigo, como por su participación activa en la vida política de aquella. En 1964, Alonso Fariña se había hecho ya con la mayoría de las acciones mediante la compra a terceros, incorporándose al Consejo de Administración Nicolás Franco Bahamonde (hermano mayor del generalísimo Franco) e Isidro Suárez Díaz Moris, quien gozaba también de muy buenas relaciones e influencias. En 1968 componían el Consejo de Administración éste último, como presidente; los miembros Rodrigo Alonso Seoane, Nicolás Franco Bahamonde, Jorge Alonso de la Rosa, y el propio Rodrigo Alonso; así como el secretario de actas, Alfredo Román Pérez.

Los tiempos de mayor esplendor de la empresa alcanzaron su punto culminante en los últimos años sesenta, con pingües beneficios obtenidos al margen de los legales, tanto por la venta del aceite sustraído de los depósitos alquilados a la CAT, como por la “congelación” de sus adjudicaciones. Este ingenioso procedimiento consistía en que, tras la concesión de una determinada cantidad de aceite a REACE por parte de la CAT, con la determinación del correspondiente plazo para efectuar el pago del importe, el aceite quedaba bloqueado, siendo sólo REACE quien podía disponer de él. Ante la engañosa escusa esgrimida de esta entidad de serle retrasada la concesión de los correspondientes créditos bancarios, la CAT le otorgaba sucesivas prórrogas, hasta ser anulado el pedido, pasados unos meses. Precisamente, entre la fecha de adjudicación y la anulación del pedido era cuando REACE especulaba con el aceite bloqueado. Tales pedidos solían coincidir siempre con los finales de campaña, cuando el precio es más alto en el mercado, y las anulaciones, por el contrario, con el más bajo. En el intermedio se vendía el aceite “congelado” y se reponía con el de la nueva campaña, comprado a bajo precio. La diferencia entre ambos costes oscilaba entre las 10 y las 12 pesetas por litro. Si esta operación hubiera sido efectuada una sola vez, podría pensarse que la CAT había sido la victima del engaño, pero quedó demostrado que era llevada a cabo campaña tras campaña.

Coincidiendo con el auge de REACE, y tras la concesión de un crédito de 40 millones de pesetas por parte del Banco de Crédito Industrial, se creó la sociedad FRIBARSA, destinada al almacenamiento de productos alimenticios congelados, cuyo principal cliente sería la CAT. Los socios mayoritarios de la nueva entidad, radicada en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), eran Rodrigo Alonso e Isidro Suárez, lo que les permitía intercomunicar contablemente ésta con los negocios de REACE, a pesar de no realizar entre sí operación mercantil alguna. Hasta que en 1971 Rodrigo Alonso decidió vender REACE y FIBRARSA a Isidro Suárez, siendo éste presidente del Consejo, quien entregó en metálico por la operación 14 millones de pesetas, que fueron extraídos de los fondos de la propia empresa vendida. El resto (19 millones, según la primera declaración del vendedor) se escrituró en privado. Posteriormente, en la fase de instrucción del proceso, Alonso declaró que a esta cantidad había que añadir 28 millones que él adeudaba a REACE. Según la acusación del Ministerio Público, “tras la venta ficticia, Alonso siguió dando órdenes en el negocio.”

Todo este entramado se había destapado a partir de que, al amanecer del 25 de marzo de 1972, José María Romero González, acompañado de su abogado, se personó en el juzgado de guardia de Vigo para denunciar que en los depósitos de REACE, que debían de contener aceite de la CAT, faltaban más de 4 millones de litros, valorados en unos 170 millones de pesetas. El denunciante ocupaba el puesto de director general de REACE desde 1969, cuando había llegado precedido de fama de excelente organizador de empresas, avalada por su trabajo en BEDAUX, así como en una fábrica de armas brasileña que de manufacturar cinco pistolas diarias, la dejó produciendo una cada cinco minutos. Romero había tardado unos días en decidirse a denunciar el caso, ya que, tras confesarle alarmado la noticia, el presidente, Isidro Suárez, le había intentado tranquilizar y convencer de que lo desaparecido sería repuesto en breve, pues el barco “Sac de Marseille” estaba a punto de llegar de Argelia cargado de aceite de la nueva cosecha. Una sencilla consulta a las guías Lloyd’s le permitió a Romero comprobar la inexistencia de esa nave, pues no estaba registrada en ninguna de ellas.

Con la denuncia, la maquinaria judicial se puso en funcionamiento para tratar de esclarecer los confusos hechos, conociendo pronto las intercomunicaciones existentes entre los depósitos alquilados a la CAT y los propios de REACE, incluso mediante la unión física con la refinería. La sospecha de complicidad entre la CAT y REACE comenzó enseguida a estar presente en la investigación, cuando cuatro días más tarde de haber sido interpuesta la denuncia, fue detenido en el tren Madrid-Bilbao el influyente socio Isidro Suárez Díaz Moris. Tiempo después se supo que, tres meses más tarde, la mujer del denunciante – quien, tras su visita al juzgado de Vigo, se había quedado sin trabajo y regresado a su domicilio madrileño, sufriendo las correspondientes dificultades económicas – descubrió una extensa carta autógrafa de su marido en la que anunciaba al juez instructor, Amador Moreiras, su idea de suicidio, además de facilitarle una serie de detalles de quienes que para él eran sospechosos de haberse lucrado directa o indirectamente con el negocio del aceite. Ante su alarma y contando con la colaboración del abogado y el propio juez, le hicieron desechar la idea, contribuyendo también a tal renuncia el trabajo que le ofreció una empresa de aceite sevillana. Pero la carta en cuestión sembró dudas entre las partes, ya que no terminó de convencer ni al juez ni a la policía, considerando que ni por su extensión ni por su tono parecía la de un suicida, quien, por supuesto, no suele nunca avisar tan detalladamente de sus intenciones.

Hasta que el 9 de septiembre se produjo una misteriosa muerte: el taxista de Vigo Arturo Cordobés apareció asesinado de tres balazos en las afueras de la ciudad. Diversos fueron los comentarios sobre el autor y el móvil, hasta que se supo que el taxista solía transportar en largos viajes con su vehículo a los principales encartados en el asunto del aceite (Alonso, Suárez, Romero…). Pero, la investigación no pasó de ahí… Tres semanas más tarde se produjeron otras tres muertes misteriosas. En su nuevo domicilio sevillano fueron hallados los cadáveres de Romero, su esposa y su hija de veintiún años. Aparentemente, el denunciante se había suicidado tras dar muerte a las dos mujeres, también en medio de extrañas circunstancias, como la falta de motivos, el excesivo número de disparos o la preparación del escenario. Pero, había una más sorprendente aún, de la que poco se comentó en los medios: junto a los cadáveres aparecieron tres cartas escritas a máquina, una para el juez de la localidad, otra de agradecimiento para un amigo, y una tercera dirigida al juez de Vigo exactamente igual a la detallada que escribiera tres meses antes en aquella desesperada situación.

En plena fase de instrucción, estando en prisión Isidro Suárez y el contable Alfredo Román, fueron también procesados por complicidad con ellos el funcionario de la CAT Ángel García Canals y su superior, el inspector regional de la Comisaría, Manuel Moreno Teijeiro, si bien el mayor problema para la investigación se planteó con la desaparición de la mayor parte de los libros de contabilidad y el maremágnum económico organizado entre las dos empresas. La mayor parte del dinero movido en el negocio entre ellas y la CAT no pasaba por cuentas bancarias, sino que se giraba a una muchacha residente en Madrid, Amelia Baviano, quien disponía de él según las indicaciones que recibía. Todas estas circunstancias, unidas al descubrimiento de ciertos regalos efectuados a las esposas de los funcionarios, dificultaban enormemente la investigación. Incluso quedó constancia, por declaraciones de la señorita Baviano, de la entrega en mano de cantidades en metálico en la secretaría del ministro de Comercio, efectuadas por ella de parte del propio Suárez. ¿A quién y con qué fin se hacían llegar estas cantidades?

Fue entonces cuando una importante personalidad política de las derechas de la Segunda República, el abogado Gil Robles, decidió defender al “probo funcionario” García Canals, corriendo con todos los gastos, por lo que tuvo acceso a la documentación del procedimiento. En septiembre de 1973, hallándose Alonso en Suiza para realizarse un reconocimiento cardiológico, se dictó auto de procesamiento contra él, quien hasta entonces se había mantenido al margen, debido a que en los momentos de la denuncia ya no era accionista, siendo Suárez quien había llevado la responsabilidad empresarial ante la Justicia. Hasta que la noche del 29 de marzo de 1974, mientras el resto de los internos de la cárcel de Vigo estaban durmiendo, Suárez murió desnucado en las duchas del centro penitenciario. Durante los dos años de su encierro, había sabido granjearse la simpatía de los compañeros de prisión, a base de favores económicos, habiendo gastado bromas telefónicas con su abogado la misma tarde de su muerte, lo que hacía más sorprendente aún aquella extraña muerte. Quince días más tarde murió apuñalado Antonio Alfajeme del Busto, presidente de la Unión de Fabricantes de Conservas de Galicia y cónsul de Chile en Vigo, en un crimen que se declaró pasional, pero sobre el que corrió el rumor de estar conexionado también con el caso del aceite, a causa de que el taxista aparecido muerto solía también hacer servicios de larga distancia al señor Alfajeme.

Cerrado el sumario por la desaparición del aceite, el fiscal de la Audiencia de Pontevedra, Cándido Conde Pumpido, una vez calificados los hechos y elaboradas las conclusiones provisionales, trasladó su residencia a Madrid como consecuencia de su nombramiento de abogado-fiscal del Tribunal Supremo. Tras las muertes habidas y el indulto que benefició a Moreno Teijeiro, sólo fueron tres los ocupantes del banquillo la mañana del 21 de octubre de 1974 en que se inició la vista en la Audiencia de Pontevedra: el fundador de REACE, Rodrigo Alonso; el contable y secretario de actas, Alfredo Román; y el funcionario de la CAT, Ángel García Canals. La sala estaba totalmente abarrotada de público y medios de comunicación, pues no en balde se sabía implicado Nicolás Franco Bahamonde, en aquellas fechas oportunamente nombrado embajador de España en Portugal, para alejarle del centro de la atención mediática. Presidía el Tribunal el que también lo era de la Audiencia Provincial, don Mariano Rajoy Sobredo, auxiliado por don Manuel Landeiro Píñeiro y don Celestino Prego Gracia. El abogado José María Stampa Braun, letrado del finado Isidro Suárez, defendió los intereses de FIBRABARSA, manteniendo la tesis de la inexistencia de pruebas claras de que el aceite desaparecido hubiera llegado en su totalidad a los depósitos de REACE. Su colega Gil Robles realizó una encendida defensa de su cliente, García Canals, al que calificó de “demasiado bueno para los tiempos que corren”, cerrando su alegato con la rotunda frase de “No son todos los que están, ni está todos los que son”. Gonzalo Rodríguez Mourullo intentó demostrar la inexistencia de pruebas, sino solamente indicios que relacionasen a su defendido, Rodrigo Alonso, con el caso. Los defensores coincidieron en solicitar la absolución de sus patrocinados.

El fiscal, cuya actuación fue calificada como “blanda” por los expertos, solicitó quince años para Rodrigo Alonso, doce para Alfredo Román, y tres para García Canals. Pero, tras un sumario de varios miles de páginas y dos años y medio de trabajos investigativos, ni siquiera la inexistencia del aceite pudo ser plenamente probada. La rápida sentencia, que tardó una semana en ser conocida, condenó a Alonso a 12 años y al abono de 167 millones de pesetas por responsabilidad civil; a Román a 4 años de prisión; y a Canals a un año más la multa de 100 millones de pesetas. ¿Qué pasó, entonces, con los asesinatos o suicidios? Nunca se supo realmente el verdadero origen de las siete muertes, dando por ciertas las versiones oficiales de cada una de ellas: el asesinato de Romero a su esposa e hija y su posterior suicidio; la caída accidental de Suárez en las duchas de la cárcel; el apuñalamiento “pasional” que sufrió el señor Alfajeme; los balazos que acabaron con la vida del taxista. Y si hemos dicho siete es porque, al cabo de los años – en diciembre de 1977 –, Luis Mañas Descalzo, ex representante de los acreedores y jefe administrativo de REACE, apareció muerto en su despacho a causa de una angina de pecho, según aseguraron fuentes familiares, lo que no quedó del todo claro.

El ministro de Información y Turismo, el también pontevedrés Pío Cabanillas Gallas, no podía consentir que la prensa denunciara aquel escándalo, en el que estaba metido hasta el propio hermano del generalísimo (miembro también de la Masonería), dictando medidas muy severas contra cualquier intento. El presidente del Tribunal llevó férreamente la vista, evitando que salieran a la luz los aspectos más comprometidos de este grave asunto, sobre todo la participación de Nicolás Franco, a quien no se citó a declarar ni en ningún momento se le mencionó, haciendo del juicio “un paripé político”. Tal fue el comentario de Manuel Jiménez de Parga, catedrático de Derecho Político, quien acusó al presidente del Tribunal de haberse plegado a las presiones del régimen. Cierto es que la causa quedo vista para sentencia el viernes día 25 de octubre, sin que fuese ni siquiera investigado donde fueron a parar las toneladas de aceite de oliva propiedad del Estado Español; ni de porqué se hacían trasvases de aceite desde los depósitos de la CAT a los de REACE y viceversa; ni donde se vendía, donde estaban y quiénes eran los dueños de los almacenes de las empresas que luego lo comercializaban o almacenaban, así como de la configuración del reparto de las ganancias; ni la identidad de los altos cargos que también “chupaban del bote”. Por supuesto, tampoco fue investigada la muerte de las personas relacionadas con el caso, a pesar de lo manifestado en medios oficiales, de que se iba a realizar una investigación exhaustiva “caiga quien caiga”. Lo cierto fue que a las personalidades implicadas jamás les sucedió absolutamente nada, y del aceite de Redondela nunca se volvió a tener noticias. ¿Estuvieron en el banquillo de los acusados todos los que debían estar?; ¿cómo se llevaba a cabo el tráfico de influencias?; ¿qué favores se habrían otorgado a cambio de tal benevolencia por parte del Tribunal? Sin duda, preguntas sin respuesta, y mucho más tras la posterior y misteriosa desaparición de los 5.000 folios que componían el voluminoso sumario.

Pero, como nunca falta alguien que a todo le saque punta, hubo quien relacionó años después la benignidad del Tribunal con la meteórica carrera de los cuatro hijos de su presidente, sin duda, todos ellos de excepcional valía intelectual y académica –nadie lo duda–, y al parecer, superdotados para la preparación de tan difíciles caminos profesionales como los por ellos elegidos –con toda seguridad también–. Pero, a pesar de tan insólitas capacidades compartidas por los cuatro hermanos, ¿tendría algo que ver la obtención de aquellos importantes éxitos para ocupar plaza en dos de los más prestigiosos escalafones de la Administración del Estado, con la devolución del favor que algún representante de ésta le hizo al presidente por la indulgencia con que sentenció el caso de la desaparición del aceite de Redondela…? ¡Quién lo sabe…! Aunque, la verdad sea dicha… ¡Mira que es rebuscada la gente…!

 

 

Cuando el Caso Nóos nos trae el recuerdo del Caso Reace

 
Artículo publicado el 3 de marzo de 2016 en
 
 
Mariano Rajoy padre, Gil Robles y Nicolás Franco.

En el conocido popularmente como el “Aceite de Redondela” estaba implicado nada menos que Nicolás Franco Bahamonde, hermano del Caudillo. Presidía el tribunal el padre de Mariano Rajoy, Mariano Rajoy Sobredo, quien cortó por lo sano todas las preguntas del abogado de un modesto empleado.

Los que tenemos memoria para recordarlo no podemos evitar establecer cierto paralelismo en el modo en que se evita que las alusiones directas a Juan Carlos I y su implicación o cobertura de los negocios de su yerno Iñaki Urdangarín pasen más allá de ciertos límites nítidamente marcados en la vista oral de Caso Nóos.

Según la crónica del proceso en su parte oral, Urdangarin se sigue justificando en la supervisión de sus actividades por la Casa del Rey. “… con quien más reportaba era con la persona asignada por la Casa Real, el señor García Revenga [secretario de las infantas]. Los temas jurídicos los consultaba con José Manuel Romero [abogado privado del rey Juan Carlos]; manteníamos reuniones periódicas sobre cómo iban las cosas y no hubo ningún reproche, hacíamos caso de sus recomendaciones y actuábamos en consecuencia. Los temas fiscales los llevaba el señor Federico Rubio”, afirma y a esos resguardos ha añadidos dos más: al director de Seguridad y los del director de Comunicación.

La crónica judicial señala que el l interrogatorio de Manos Limpias refleja generó el momento más tenso, cuando la abogada López Negrete mostró un documento dirigido, entre otros, a Jcsumer, acrónimo que corresponde a “Juan Carlos Su Majestad el Rey”. Cuando Urdangarin ina a explicarse, empezando por “Le comunicaba cuál era mi proyecto…”, la presidenta del tribunal, Samantha Romero le ha interrumpido al advertir que posiblemente se tratase de un documento no admitido como prueba en la fase de cuestiones previas del pasado 11 de enero. Después de meditarlo, la presidenta del tribunal no ha admitido su validez y ha llamado la atención a la acusadora para que no incurra en mala fe procesal.

El recuerdo del Caso REACE

En aquel otro escándalo, conocido popularmente como el “Aceite de Redondela” estaba implicado nada menos que Nicolás Franco Bahamonde, hermano del Caudillo. Presidía el tribunal el padre de Mariano Rajoy, Mariano Rajoy Sobredo, quien cortó por lo sano todas las preguntas del abogado de un modesto empleado de la CAT (Comisaría de Abastecimientos y Transportes) que era nada menos que don José María Gil Robles, al cual entrevisté para la COPE y cuyo original se custodia en el Arquivo Sonoro de Galicia en Santiago. Yo mismo fui juzgado años después en la sala que presidía Rajoy padre (y absuelto) por un reportaje sobre los crímenes de la represión franquista en Tui.

Pese a que por aquellos días el hermano de Franco aparecía en revista del corazón con espléndido aspecto, nunca se presentó a juicio, alegando hallarse enfermo.

De la Refinería de él Noroeste de Aceites y Grasas en Guixar (Vigo), desaparecieron en marzo de 1972 4.036.052 kilos de aceite de oliva, propiedad de la Comisaría de Abastecimientos y Transportes (CAT), valorados en 167.615, 172 pesetas de la época Estos depósitos se usaban en alquiler para regular el mercado del aceite, según producción y demanda, pero los administradores traficaban con el aceite como propio, de modo que lo vendían y reponían cíclicamente. En una de las ocasiones, el sistema falló y en los depósitos no estaba la cantidad depositada. En el enjuague, a cambio de una comisión, colaboraban empleados de la CAT, especialmente sobre uno, sobre quien se pretendió desviar toda la responsabilidad.

REACE fue fundada en 1956 por Rodrigo Alfonso Fariña (inicialmente en Redonde, por eso la prensa se refería al caso como “El aceite de Redondela”, aunque los depósitos estuvieran en Vigo. En 1968 el presidente era Isidro Suárez, aunque Rodrigo Alonso seguía en el consejo de administración. Otros miembros de dicho órgano eran Nicolás Franco Baamonde (hermano de Francisco Franco), Jorge Alonso de la Rosa, y Alfredo Román Pérez.

Alrededor del caso se produjeron diversas muertes en extrañas circunstancias por parte de personas implicadas en el mismo. El 30 de septiembre de 1972, José María Romero apareció muerto en su domicilio de Sevilla, en el que se habían instalado días antes, junto con su mujer y una de sus hijas. El juez del caso recibió días después una carta, presuntamente escrita por el finado en el que declaraba que su muerte y la de su familia había sido un suicido acordado. Siempre se sospechó que fueron asesinados.

REACE, aprovechando la falta de control de la CAT, durante años, negociaba y comerciaba con el aceite a espaldas de la administración. El 25 de marzo de 1972 la CAT quiso disponer del aceite almacenado, según las hojas de control.  Al este no encontrarse nos sus tanques, José María Romero González denunció en los juzgados de Vigo el fraude, conocida posteriormente con el sumario 43/1972. Días después, uno de los socios mayoritarios de la empresa, Isidro Suárez, fue detenido en un tren rumbo a Bilbao mientras arrojaba por las ventanillas fajos de billetes de mil pesetas. Poco después aparecía muerto en las duchas de la vieja prisión de Vigo, en plena calle del Príncipe “intoxicado” –se dijo-por el calentador. Nadie creyó nunca esta versión. Otro de los detenidos, el vigués Rodrigo Alonso, oficialmente en prisión, se alojaba en realidad en un conocido hotel de Madrid, por cuestiones de salud.

En la época fue uno de los escándalos más sonados del país, recordado incluso en una película.

 

Rajoy, 1985

Los grandes casos de la corrupción en España – El juicio

Artículo publicado el 21 de diciembre de 2011 en

 

La corrupción, el pan nuestro de cada día

Si alguien me preguntara por la crisis, podría responder de forma casi automática, que si de algo sabemos los españoles es de pagar los platos rotos. Desde que España es España, y creo que no me equivocaría al decir que incluso antes de serlo, hemos tenido que soportar a una clase de individuos cuya misión en la vida, era robarnos hasta el pelo de las cejas. Con un agravante: muchos de ellos eran nuestros héroes particulares. Les hemos llamado con toda una suerte de cariñosos apelativos: Pícaros, tunantes, golfos, espabilaos, buscavidas etc. Evitando en todo momento pronunciar su verdadero nombre: Delincuentes.

Iñaqui Urdangarín, nos ha devuelto a esos delicuentes plenipotenciarios, que cultivan la creencia de que al amparo de las Instituciones nos pueden levantar la cartera, a la vez que les sonreímos mientras admiramos su hidalguía; luego nos preguntamos: ¿No tendría este buen muchacho suficiente para vivir a cuerpo de rey? Pues ya ve que no, y yo añadiría otra pregunta: ¿Realmente después de quinientos años de historia, seguimos los del pueblo llano siendo tan imbéciles?

Creo que no está de más que todos recordemos los casos más flagrantes de la corrupción en España, y tal vez así comprendamos por qué no les cuadran las cuentas a nuestros ilustres gestores, mientras nos cuelgan el muerto una vez más y nos piden delicadamente que paguemos de nuevo los platos rotos.

El aceite de Redondela – Caso Reace marzo de 1.972

Esa historia surgió y creció en un mar de aceite almacenado por la Comisaría de Abastecimientos y Transportes (CAT) para satisfacer las exigencias del mercado y regular los precios. Pero la CAT carecía de instalaciones adecuadas y debía recurrir a depósitos alquilados a empresas privadas. En Vigo esos depósitos estaban (hoy desmantelados) en la zona de Guixar y fue Reace (Refinería del Noroeste de Aceites y Grasas, SA) la empresa que contrató con la CAT entre 1966 y 1972 el almacenamiento de más de 12 millones de kilos de aceite. Estaba claro que la CAT era el único propietario de ese aceite y un seguro dejaba a cubierto la mercancía contra cualquier eventualidad. El contrato regulaba también el procedimiento para las entregas con la obligada referencia al levantamiento del acta y al precintado de la válvula de salida.

El 25 de marzo de 1972 debido a la falta de aceite de oliva en la CAT (Comisaría de Abastecimientos y Transportes) y tras comprobar que los depósitos de la empresa REACE situados en la estación de GUIXAR (Redondela) no había el aceite previsto, es decir, que los grandes depósitos estaban totalmente vacíos, el Director General de CAT don José María Romero González (perito industrial), denuncia en el Juzgado de guardia de Vigo la desaparición de 4.036.052 kilos de aceite de oliva, propiedad de CAT con un valor de 167.615,172 pesetas. Sumario 43/1972.

Mientras que los Libros de Reace [donde además había doble contabilidad…”volaban al igual que el aceite de oliva…..» Cuatro días más tarde [29/03/72] fue detenido en el tren Madrid-Bilbao don Isidro Suárez Díaz Moris [un de los socios mayoritarios de REACE], el día 30 de setiembre aparecen muertos [¿suicidio?, ¿asesinato?] en un piso de su propiedad en Sevilla el director general de REACE don José María Romero González junto a su mujer e hija. El juez que llevaba el caso recibió una carta en la que éste hablaba de su suicidio, y de que tenía la conciencia tranquila por no estar involucrado en el Caso REACE. PERO LOS EXPERTOS DUDARON DE SU AUTENTICIDAD… [….] la carta no parece, ni por su extensión ni por su tono, la de un suicida.

REACE [Refinería de Aceites y Grasas] fue constituida por don Rodrigo Alonso Fariña en 1956 con el fin de dedicarse al refinado y envasado de aceite, eran socios Oswaldo Alonso Fariña, Salvador Guerrero, Eufrasio Juste y Francisco Carrión sita en Outid (Redondela) más tarde en 1964 don Rodrigo Alonso Fariñas disponía da mayoría de las acciones mediante la compra a terceros, incorporándose al Consejo de Administración don Nicolás Franco Bahamonde [hermano del generalísimo Franco] y don Isidro Suárez Díaz Moris. En 1968 el Consejo de Administración lo formaban: presidente: Isidro Suárez Díaz Moris; miembros del Consejo: Rodrigo Alonso Seoane, Nicolás Franco Baamonde, Jorge Alonso de la Rosa, y el propio Rodrigo Alonso; secretario de actas: Alfredo Román Pérez.

La Comisaría General de Abastecimientos y Transportes, contrataba con el Grupo Sindical de Estaciones Marítimas de Descarga de Aceite a Granel, del que formaba parte REACE, el almacenamiento en los tanques y depósitos de aceite de oliva propiedad de CAT, mediante abono de un “canon” por mes y kilo de aceite almacenado. En el año 1964 fue efectuado el primer almacenamiento en los depósitos situados en Guixar (Vigo). Nicolás Franco Bahamonde llegó a presidir siete grandes corporaciones industriales, cómo Transmediterránea y Fasa-Reanult, entre otras. En 1968 don Rodrigo Alonso Fariña cesa cómo presidente de REACE llevando el peso de la empresa don Isidro Suárez Díaz Moris. quien aparece muerto en VIGO en “extrañas circunstancias”, “¿por fuga de gas”?. También un taxista fue asesinado en extrañas circunstancias, al igual que un empresario del sector conservero vigués. A su vez el representante de los acreedores (Sr. Mañas)] de la Administración Judicial de la empresa fallece de una angina de pecho. En 1970 cesa cómo director de REACE don Carlos Nogueira que fue sustituido por don José María Romero González. D. Rodrigo Alonso Fariña nacido en Vigo en 1915; fue entre otros cargos presidente del Real Club Celta de Vigo hasta junio de 1973, año en el que presenta la dimisión debido al “escándalo” de REACE. El juzgado dicta Auto de Procesamiento contra don Rodrigo Alonso Fariña [ya bastante enfermo del corazón] el 11 de noviembre de 1973 “por haber encontrado indicios racionales de criminalidad como presunto artífice en los hechos enjuiciados”.

D. Manuel Camilo Iñigo Moreno Teijeiro era Inspector Jefe del CAT en Pontevedra, y el 4 de junio de 1970 acompañaría a Angel García Canals [funcionario de la Escala Auxiliar de la CAT (Comisaría de Abastecimientos y Transportes en la Delegación de Pontevedra)] en el servicio de comprobación de existencias de aceite de los depósitos de REACE en GUIXAR, comprobación que se llevo a cabo con carácter rutinario, sin encontrar ninguna anomalía [ al parecer en las comprobaciones pasaban el aceite de unos depósitos a otros]. Antes de esto García Canals se limitaba a transcribir los datos aportados por un trabajador de REACE las actas levantadas desde la oficina, recibiendo una gratificación “periódica” de REACE de 5.000 pesetas, desde el 3 de abril de 1968 hasta el 1 de marzo de 1972, fecha de la última acta antes de la denuncia del fallecido don José María Romero.

El juicio comienza un 21 de octubre de 1974 en la Audiencia de Pontevedra, totalmente abarrotada de público, prensa, radio, TV etc., [estaba en boca de todos el nombre de Nicolás Franco Bahamonde, en esas fechas embajador de España en Portugal]. Presidía el Tribunal don Mariano Rajoy Sobredo (padre del Secretario General del Partido Popular D. Mariano Rajoy Brey), auxiliado por don Manuel Landeiro Píñeiro y don Celestino Prego Gracia. El Sumario constaba de más de 5000 folios, interviniendo cómo uno de los abogados defensores D. José María Gil Robles. El Sumario estaba depositado en la Audiencia Provincial de Pontevedra….¡ sumario «presuntamente» PERDIDO!…¿razones? ¡Se hicieron obras, reformas, falta de espacio, tema cerrado….!. ¡Borrón y cuenta nueva! También estuvo presente en este juicio D. José María Stampa Braun, fallecido en 2003

¿Qué pasó con los asesinatos o suicidios? ¡Los muertos no hablan! Era ministro de Información y Turismo [desde el 3 de enero 1974 hasta el 29 de octubre de 1974 en que dimitió siendo sustituido por D. León Herrera Esteban] el gallego D. Pío Cabanillas Gallas [1923-1991], quien no estaba dispuesto a consentir que la prensa (sobre de todo la prensa azul del Movimiento Nacional) aireara el escándalo [donde estaba metido de cabeza el propio hermano del generalísimo Francisco Franco Bahamonde], dictando medidas para que los Servicios Centrales del Ministerio obraran en consecuencia. Por ejemplo en la revista CAMPO [nº 2626 do 3 de junio de 1972], podíamos leer: “Otro affaire aceitero: Redondela. ¿Cuándo habrá una luz clara?. “Campo”, era una revista del sector agro-pecuario editada en Sevilla siendo el Director en aquellos días don Joaquín Carlos López Lozano. (….) Se ha producido la desaparición de 4.052 toneladas métricas de aceite de oliva de los depósitos de REACE en la estación de Guixar (Redondela). La cantidad total del fraude asciende a 200 millones de pesetas [hoy serían más de 2.000 millones], ante lo cual se reclama actúe la justicia por medio de un juez especial, y no se proceda al “top secret”, como ha sucedido con anterioridad en un caso de adulteración de aceites en Barcelona (….) es hora que esa tradición fraudulenta con el aceite en nuestros días tenga serio escarmiento para ejemplo de todos (…). El Delegado de Prensa del Ministerio abre expediente inmediatamente al Director de la revista Campo “por el contenido de los trabajos”. A lo largo de la vista se descubre que había doble contabilidad, que trasvasaban aceite de los depósitos de CAT para los depósitos de REACE, que Los funcionarios de CAT [Comisaría de Abastecimientos y Transportes] encargados de la inspección y medición cobraban gratificaciones de REACE, quedando claro en la vista también que el precintado de los depósitos era simbólico. El precinto seguía igual pero por orden del Secretario del Consejo de Administración don Alfredo Román Pérez los obreros, desmontaban antes los volantes de las válvulas de salida que estaban pegadas por un precinto a los cuerpos de los tanques, aflojando el tornillo que fijaba los precintos al “vástago” de la válvula abriéndolas luego con una llave inglesa, después hacían el proceso inverso para volver a pegarlas.

El presidente del Tribunal don Mariano Rajoy Sobredo llevó férreamente la vista evitando que salieran a la luz los aspectos más comprometidos de este grave asunto; que había muertes de por medio y sobre todo que estaba clara la participación del hermano del generalísimo…ninguna palabra sobre el juicio, fue “un paripé político”. La causa quedo vista para sentencia el viernes día 25, percibiendo los españoles la impresión de que todo iba a seguir igual que estaba antes de la denuncia, ¡cómo así sucedió!, y de que no se investigó, o no interesó investigar donde fueron a parar las toneladas de aceite de oliva propiedad del Estado Español, ni de porqué se hacían trasvases de aceite desde los depósitos de la CAT a los de REACE y viceversa; donde se vendía, donde estaban y quiénes eran los dueños de los almacenes de las empresas que luego lo comercializaban o almacenaban, así de como se configuraba el reparto de las ganancias. Tampoco fue investigada la racha de muertes en cadena de personas relacionadas con el caso, porque podían ser desgracias coincidentes…. ¿¿¿¿muertes…o asesinatos…???? ¡Nadie sabe nada! Que a pesar de lo manifestado en medios oficiales, de que se iba a realizar una investigación exhaustiva “caiga quien caiga” [por aquello de los altos cargos y de D. Nicolás Franco Bahamonde] lo cierto es que a las personalidades implicadas, jamás les sucedió absolutamente nada, y del Aceite de Redondela jamás se volvió a tener noticias. ¿Estaban en el banquillo de los acusados todos los que debían estar? ¿Cómo se llevaba a cabo el tráfico de influencias? Sin duda preguntas sin respuesta.

El Juicio

DENUNCIA. El 25-3-72 de Romero González JM, ingeniero.
MOTIVO. Desaparición de 4. 036. 052 kg de aceite del Estado (VALORACION de hoy: MAS DE 9. 015. 182 EUROS).
HECHOS. Doble contabilidad en Refinerías del Noroeste de Aceites y Grasas SA (REACE). Contable: Pérez Román A. Sobornos de REACE a funcionarios de la Comisaría de abastecimientos y Transportes (CAT). García Canals A: 11. 000 pts/mes del Estado y mil duros de REACE por no ver aforo de depósitos.
DENUNCIANTE, MUJER E HIJA MUERTOS por balas de «Smith and Wesson» en Sevilla. Cable telefónico cortado, rendijas de puertas y ventanas obturadas con trapos. Cuatro balazos la esposa, 4 la hija embarazada y 1 el denunciante.

EL TRIBUNAL DETERMINO: Suicidio.
Suárez-Díaz Moris I, un socio mayoritario de REACE, secretario particular de Nicolas Franco Bahamonde –hermano del insigne Caudillo–, conducido a prisión de Basauri. En 1974 trasladado a cárcel de Vigo. El 27 de marzo muerto en duchas. CAUSA: RESBALO Y DESNUCO. “Problemillas”: a tales horas las duchas no funcionaban, el difunto estaba bien vestido y demasiado seco. ¡Nada insolucionable!.

CAMBIO DE VERSION: INTOXICACIÓN POR “CO” DE CALEFACCIÓN.
Alfageme de Burgos A –empresario, presidente de la Unión de Fabricantes de Conservas de Galicia, comprador de aceite a REACE en mercado negro–, primavera de 1974, acuchillado en su despacho de Vigo. CULPABLE: UN TAL MELITON POR OSCURO «ASUNTO DE FALDAS».
Cordovés A, TAXISTA DE VIGO, chófer de otros implicados, MUERTO CON 3 IMPACTOS DE BALA en playa de Alcabre el 9-9-72.
Por mediación de NICOLÁS FRANCO BAHAMONDE, del Consejo de Administración de REACE y accionista, el Banco de Crédito Industrial prestó más de 240. 405 euros a Fibrasa que lo traspasó a REACE. NO DECLARÓ EN EL JUICIO. EL PRESIDENTE DEL TRIBUNAL LO CONSIDERÓ IMPROCEDENTE.
Sentencia: Alonso Fariña R (socio fundador de REACE), Pérez Román y García Canals condenados. Resto: a «vivir». Nunca se supo adonde fue a para el aceite ni el dinero, ni de donde vinieron los asesinos. Y desde entonces: ¡a pasar página!. 

Sumario 43/1972, Audiencia Provincial de Pontevedra, PRESUNTAMENTE PERDIDO. Tamaño aproximado, según crónicas: 5000 folios.
Presidente del Tribunal: MARIANO RAJOY SOBREDO. “Caso REACE – Aceite de Redondela”

***

Bibliografía:

  • José A. Uris Guisantes. sábado 20 de noviembre de 2004
  • Las dos caras de Galicia bajo el Franquismo. Xavier Costa Clavell. Ed. Cambio 16 1.977.
  • Sábado Gráfico 1974
  • El caso Reace. José Rey. Editorial Dopesa, Barcelona 1974.
  • Caso Reace – XOSÉ MARIA PALMEIRO – Vigo – 05/10/1986 El país

 

 

Mariano Rajoy Sobredo

 

El aceite de Redondela – ¿Quién fue el Presidente del Tribunal?

Por  Kim Ricarte Aventín

Artículo publicado el 23 de abril de 2013 
 
Hace ya muchos años que ocurrió este robo monumental, con ¿suicidios? ¿asesinatos? por el medio. En el consejo de administración de la empresa que robó el aceite (200 millones de pesetas entonces, ahora 2.000 MM.) estaba el hermano del Caudillo, Nicolás Franco.
 
Hubo juicio y el presidente fue el padre de Rajoy, también de nombre Mariano.
 
¿Alguien se atreve a adivinar que ocurrió? Parece ser que hasta desapareció el sumario.
 

El aceite de Redondela – Caso Reace marzo de 1.972

Esa historia surgió y creció en un mar de aceite almacenado por la Comisaría de Abastecimientos y Transportes (CAT) para satisfacer las exigencias del mercado y regular los precios. Pero la CAT carecía de instalaciones adecuadas y debía recurrir a depósitos alquilados a empresas privadas. En Vigo esos depósitos estaban (hoy desmantelados) en la zona de Guixar y fue Reace (Refinería del Noroeste de Aceites y Grasas, SA) la empresa que contrató con la CAT entre 1966 y 1972 el almacenamiento de más de 12 millones de kilos de aceite. Estaba claro que la CAT era el único propietario de ese aceite y un seguro dejaba a cubierto la mercancía contra cualquier eventualidad. El contrato regulaba también el procedimiento para las entregas con la obligada referencia al levantamiento del acta y al precintado de la válvula de salida.

El 25 de marzo de 1972 debido a la falta de aceite de oliva en la CAT (Comisaría de Abastecimientos y Transportes) y tras comprobar que los depósitos de la empresa REACE situados en la estación de GUIXAR (Redondela) no había el aceite previsto, es decir, que los grandes depósitos estaban totalmente vacíos, el Director General de CAT don José María Romero González (perito industrial), denuncia en el Juzgado de guardia de Vigo la desaparición de 4.036.052 kilos de aceite de oliva, propiedad de CAT con un valor de 167.615,172 pesetas. Sumario 43/1972.

Mientras que los Libros de Reace [donde además había doble contabilidad…”volaban al igual que el aceite de oliva…..» Cuatro días más tarde [29/03/72] fue detenido en el tren Madrid-Bilbao don Isidro Suárez Díaz Moris [un de los socios mayoritarios de REACE], el día 30 de setiembre aparecen muertos [¿suicidio?, ¿asesinato?] en un piso de su propiedad en Sevilla el director general de REACE don José María Romero González junto a su mujer e hija. El juez que llevaba el caso recibió una carta en la que éste hablaba de su suicidio, y de que tenía la conciencia tranquila por no estar involucrado en el Caso REACE. PERO LOS EXPERTOS DUDARON DE SU AUTENTICIDAD… [….] la carta no parece, ni por su extensión ni por su tono, la de un suicida.
REACE [Refinería de Aceites y Grasas] fue constituida por don Rodrigo Alonso Fariña en 1956 con el fin de dedicarse al refinado y envasado de aceite, eran socios Oswaldo Alonso Fariña, Salvador Guerrero, Eufrasio Juste y Francisco Carrión sita en Outid (Redondela) más tarde en 1964 don Rodrigo Alonso Fariñas disponía da mayoría de las acciones mediante la compra a terceros, incorporándose al Consejo de Administración don Nicolás Franco Bahamonde [hermano del generalísimo Franco] y don Isidro Suárez Díaz Moris. En 1968 el Consejo de Administración lo formaban: presidente: Isidro Suárez Díaz Moris; miembros del Consejo: Rodrigo Alonso Seoane, Nicolás Franco Baamonde, Jorge Alonso de la Rosa, y el propio Rodrigo Alonso; secretario de actas: Alfredo Román Pérez. 

La Comisaría General de Abastecimientos y Transportes, contrataba con el Grupo Sindical de Estaciones Marítimas de Descarga de Aceite a Granel, del que formaba parte REACE, el almacenamiento en los tanques y depósitos de aceite de oliva propiedad de CAT, mediante abono de un “canon” por mes y kilo de aceite almacenado. En el año 1964 fue efectuado el primer almacenamiento en los depósitos situados en Guixar (Vigo). Nicolás Franco Bahamonde llegó a presidir siete grandes corporaciones industriales, cómo Transmediterránea y Fasa-Reanult, entre otras. En 1968 don Rodrigo Alonso Fariña cesa cómo presidente de REACE llevando el peso de la empresa don Isidro Suárez Díaz Moris. quien aparece muerto en VIGO en “extrañas circunstancias”, “¿por fuga de gas”?. También un taxista fue asesinado en extrañas circunstancias, al igual que un empresario del sector conservero vigués. A su vez el representante de los acreedores (Sr. Mañas)] de la Administración Judicial de la empresa fallece de una angina de pecho. En 1970 cesa cómo director de REACE don Carlos Nogueira que fue sustituido por don José María Romero González. D. Rodrigo Alonso Fariña nacido en Vigo en 1915; fue entre otros cargos presidente del Real Club Celta de Vigo hasta junio de 1973, año en el que presenta la dimisión debido al “escándalo” de REACE. El juzgado dicta Auto de Procesamiento contra don Rodrigo Alonso Fariña [ya bastante enfermo del corazón] el 11 de noviembre de 1973 “por haber encontrado indicios racionales de criminalidad como presunto artífice en los hechos enjuiciados”.

D. Manuel Camilo Iñigo Moreno Teijeiro era Inspector Jefe del CAT en Pontevedra, y el 4 de junio de 1970 acompañaría a Angel García Canals [funcionario de la Escala Auxiliar de la CAT (Comisaría de Abastecimientos y Transportes en la Delegación de Pontevedra)] en el servicio de comprobación de existencias de aceite de los depósitos de REACE en GUIXAR, comprobación que se llevo a cabo con carácter rutinario, sin encontrar ninguna anomalía [ al parecer en las comprobaciones pasaban el aceite de unos depósitos a otros]. Antes de esto García Canals se limitaba a transcribir los datos aportados por un trabajador de REACE las actas levantadas desde la oficina, recibiendo una gratificación “periódica” de REACE de 5.000 pesetas, desde el 3 de abril de 1968 hasta el 1 de marzo de 1972, fecha de la última acta antes de la denuncia del fallecido don José María Romero. 
El juicio comienza un 21 de octubre de 1974 en la Audiencia de Pontevedra, totalmente abarrotada de público, prensa, radio, TV etc., [estaba en boca de todos el nombre de Nicolás Franco Bahamonde, en esas fechas embajador de España en Portugal]. Presidía el Tribunal don Mariano Rajoy Sobredo (padre del Secretario General del Partido Popular D. Mariano Rajoy Brey), auxiliado por don Manuel Landeiro Píñeiro y don Celestino Prego Gracia. El Sumario constaba de más de 5000 folios, interviniendo cómo uno de los abogados defensores D. José María Gil Robles. El Sumario estaba depositado en la Audiencia Provincial de Pontevedra….¡ sumario «presuntamente» PERDIDO!…¿razones? ¡Se hicieron obras, reformas, falta de espacio, tema cerrado….!. ¡Borrón y cuenta nueva! También estuvo presente en este juicio D. José María Stampa Braun, fallecido en 2003.
¿Qué pasó con los asesinatos o suicidios? ¡Los muertos no hablan! Era ministro de Información y Turismo [desde el 3 de enero 1974 hasta el 29 de octubre de 1974 en que dimitió siendo sustituido por D. León Herrera Esteban] el gallego D. Pío Cabanillas Gallas [1923-1991], quien no estaba dispuesto a consentir que la prensa (sobre de todo la prensa azul del Movimiento Nacional) aireara el escándalo [donde estaba metido de cabeza el propio hermano del generalísimo Francisco Franco Bahamonde], dictando medidas para que los Servicios Centrales del Ministerio obraran en consecuencia. 

Por ejemplo en la revista CAMPO [nº 2626 do 3 de junio de 1972], podíamos leer: “Otro affaire aceitero: Redondela. ¿Cuándo habrá una luz clara?. “Campo”, era una revista del sector agro-pecuario editada en Sevilla siendo el Director en aquellos días don Joaquín Carlos López Lozano. (….) Se ha producido la desaparición de 4.052 toneladas métricas de aceite de oliva de los depósitos de REACE en la estación de Guixar (Redondela). La cantidad total del fraude asciende a 200 millones de pesetas [hoy serían más de 2.000 millones], ante lo cual se reclama actúe la justicia por medio de un juez especial, y no se proceda al “top secret”, como ha sucedido con anterioridad en un caso de adulteración de aceites en Barcelona (….) es hora que esa tradición fraudulenta con el aceite en nuestros días tenga serio escarmiento para ejemplo de todos (…). El Delegado de Prensa del Ministerio abre expediente inmediatamente al Director de la revista Campo “por el contenido de los trabajos”. A lo largo de la vista se descubre que había doble contabilidad, que trasvasaban aceite de los depósitos de CAT para los depósitos de REACE, que Los funcionarios de CAT [Comisaría de Abastecimientos y Transportes] encargados de la inspección y medición cobraban gratificaciones de REACE, quedando claro en la vista también que el precintado de los depósitos era simbólico. El precinto seguía igual pero por orden del Secretario del Consejo de Administración don Alfredo Román Pérez los obreros, desmontaban antes los volantes de las válvulas de salida que estaban pegadas por un precinto a los cuerpos de los tanques, aflojando el tornillo que fijaba los precintos al “vástago” de la válvula abriéndolas luego con una llave inglesa, después hacían el proceso inverso para volver a pegarlas. 

El presidente del Tribunal don Mariano Rajoy Sobredo llevó férreamente la vista evitando que salieran a la luz los aspectos más comprometidos de este grave asunto; que había muertes de por medio y sobre todo que estaba clara la participación del hermano del generalísimo…ninguna palabra sobre el juicio, fue “un paripé político”. La causa quedo vista para sentencia el viernes día 25, percibiendo los españoles la impresión de que todo iba a seguir igual que estaba antes de la denuncia, ¡cómo así sucedió!, y de que no se investigó, o no interesó investigar donde fueron a parar las toneladas de aceite de oliva propiedad del Estado Español, ni de porqué se hacían trasvases de aceite desde los depósitos de la CAT a los de REACE y viceversa; donde se vendía, donde estaban y quiénes eran los dueños de los almacenes de las empresas que luego lo comercializaban o almacenaban, así de como se configuraba el reparto de las ganancias. Tampoco fue investigada la racha de muertes en cadena de personas relacionadas con el caso, porque podían ser desgracias coincidentes…. ¿¿¿¿muertes…o asesinatos…???? ¡Nadie sabe nada! Que a pesar de lo manifestado en medios oficiales, de que se iba a realizar una investigación exhaustiva “caiga quien caiga” [por aquello de los altos cargos y de D. Nicolás Franco Bahamonde] lo cierto es que a las personalidades implicadas, jamás les sucedió absolutamente nada, y del Aceite de Redondela jamás se volvió a tener noticias. ¿Estaban en el banquillo de los acusados todos los que debían estar? ¿Cómo se llevaba a cabo el tráfico de influencias? Sin duda, preguntas sin respuesta.
 
Información obtenida de la página VSM
 
 
 
 
 
 
 

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